lunes, 25 de enero de 2016

PABLO IGLESIAS, EL IGNORADO

Una paciente investigación sobre los síntomas visibles que alerten de la amenaza de un revolución en ciernes con tiempo para atajarla lleva a la conclusión de que el prerevolucionario se delata al prescindir de una prenda característica de la sociedad.
Los sans culottes franceses prescindieron de los culottes ajustados de la burguesía y los podemitas de las corbatas de los explotadores españoles de hasta hace poco.
Como en estos tiempos está mal visto guillotinar a los que  obstaculicen su revolución, se les engaña, que es como guillotinar su inteligencia.
Que se lo pregunten a Pedro Sánchez, esa fuerza bruta y atlética de la naturaleza a la que el escuchumizado Pablo Iglesias le formó gobierno a traición, como un llanto de auxilio para que lo escuchara (“para qué quiero llorar si no tengo quien me  oiga”).
Pobre Pablo Iglesias. descorbatado, desvalido y tan ignorado por los suyos que se ve obligado a recurrir a extraños venezolanos e iraníes para le den el dinero necesario para su revolución en España.
Afortunadamente, ni iraníes ni venezolanos exigen a Iglesias que les retribuya el favor, una vez encumbrada su revolución española.





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