“Prefieren la
guerra al descanso y,si no tienen enemigo exterior, lo buscan en casa” (Pompeyo
Trago, historiador galo-romano)
Esa referencia
a los españoles de hace veintitantos
siglos revela:
a) que
españoles han cambiado tanto que ya no quedan españoles o,
b) que el tal
Trago hablaba de oidas, y dio por cierto lo que le había dicho un embustero.
La realidad
histórica desmiente la fiereza del carácter español:
1.-Nunca
ganaron los españoles ninguna guerra contra ejércitos nacionales extranjeros.
2.-Los únicos
derrotados por españoles fueron otros españoles que habían luchado en el bando
contrario, en guerras civiles.
Ni siquiera la
antinapoleónica, una más de las guerras civiles españolas, la decidieron los
españoles. Sin el ejército angloportugués de Wellington, los guerrilleros
habrían quedado en salteadores de caminos.
¿Gestas
heroicas españolas? Las penurias de un ejército moderno, uniformado, bien
pertrechado, con apoyo aereo y maríimo, para derrotar a desarrapados cheljas
que, en Marruecos, se las hicieron pasar canutas.
¿Y las gestas
americanas de la pólvora contra la flecha, del acero contra el garrote?
El español, si
no belicoso, es sabio. Prefiere vivir miserablemente a no vivir, someterse a
rebelarse, besar la mano que le da un mendrugo a cambio de un confite.
Si no valiente,
el español es paciente. Sabe que, con el tiempo, todo invasor enérgico se hará
indolente y todo reformista puritano evolucionará a conservador corrompido.
Se
españolizará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario