miércoles, 3 de febrero de 2016

PEDRO SÁNCHEZ Y EL PODER

Este Pedro Sanchez que nos va a gobernar es la personalización del norteamericano puro, el wasp (blanco, anglosajón y protestante), idealizado por el mito  del “self made man” (hombre hecho a sí mismo), porque se ha hecho imponiéndose a los demás.
Todavía no ha logrado presidir el gobierno de España, pero está más cerca que ayer de lograrlo.
¿Cómo lo ha hecho lo que hasta ahora hizo?
Ciñéndose a un principio básico de los inventores de éste sistema genuinamente norteamericano: el peculiar método inventado en Estados Unidos de llegar a gobernar a petición de los gobernados.
 “Para alcanzar el poder es indispensable demostrar que se ambiciona el poder y que se hará cualquier cosa (everything) para lograrlo”, como sentencia uno de los axiomas del politiqueo americano.
Cincinato, el romano que aceptó poderes dictatoriales para salvar a Roma de ecuos y volscos, y volvió a su arado en cuanto lo hizo, es la antítesis de Sanchez y de esa forma norteamericana de ejercer la política..
El romano se resignó a mandar para salvar a Roma y Sánchez quiere salvar a España para mandar.
Ojalá lo logre y, cuando a Sánchez le llegue el momento de  abandonar el mando, su mandato deje a los españoles transmutados en pueblo orgulloso de su trabajo, responsable de forjar por sí mismos su bienestar, capaz de decidir lo que le conviene sin que el gobierno le dicte lo que le convenga.

Cosas más increíbles se han logrado, por ejemplo, que unos padres puedan tener descendencia sin sudar para lograrlo. 

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