Libre ya de la
pesadumbre ambiental de los últimos días, en los que el parpadeo mortecino de las velas era la
única luz de tenue esperanza para un mundo de tinieblas, vivir la vida es de
nuevo la aventura rutinaria.
Para los que la
vivan de acuerdo a sus creencias más íntimas será una vida buena.
Para los que la
vivan adaptándose meticulosamente a lo que crean que les conviene creer, la
vida seguirá siendo una farsa.
Libertad para
ser libres o libertad para parecerlo.
Como fin en sí misma o como moneda para
comprar lo que la venta de la libertad permita adquirir es decisión personal de
cada uno.
Para el que la
libertad sea el objetivo de su vida será libre, aunque pobre. Para el que solo
sea un medio, podrá ser un esclavo rico
y poderoso, pero no será libre..
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