lunes, 7 de marzo de 2016

TRUMP Y LOS OBREROSD






¿Qué diría un sutil dirigente de Comisiones Obreras o de la UGT españolas si se enteraran de que los sindicatos norteamericanos no saben si apoyar como siempre al candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, al terrible republicano Donald Trump o no respaldar a ninguno?
Evidentemente, dirían que todos los norteamericanos, republicanos o demócratas, son fascistas pese a que los trabajadores de los Estados Unidos derrotaran al fascismo-comunismo alemán, soviético o chinomaoista.
Pues las dudas de los principales dirigentes sindicales norteamericanos respecto a apoyar a la demócrata Hillary Clinton o al republicano Donald Trump es lo que relata hoy el periódico de Washington “The Examiner”.
   Hay que aclarar que los dirigentes sindicales norteamericanos defienden los intereses de los obreros que les pagan cuotas periódicas para que lo hagan, por lo que no se proclaman representantes de los trabajadores en general, como pasa en España, sino exclusivamente de sus afiliados..
Los sindicatos norteamericanos compiten entre ellos, mientras que los españoles colaboran para presionar al gobierno y así  mantener o recuperar subvenciones y concesiones estatales, su principal fuente de ingresos.
La actitud de la dirigencia sindical española frente al gobierno al que le toque administrar los recursos del estado es sumisa si les da lo que piden o beligerante si se resiste a dárselo.
Coinciden los sindicatos españoles con los norteamericanos en que ambos procuran contentar al que les pague, sean los obreros o los gobiernos.
“Ha hecho todo lo que ha podido para que se contrate a trabajadores sindicados”, dice de Trump Richard Sabato, presidente del sindicato de construcción civil.
“Respaldamos a Trump”—añadió—en su lucha contra la inmigración ilegal.
El de su oposición a la inmigración de inmigrantes sin calificación laboral equiparable a la de los trabajadores norteamericanos es determinante en el apoyo o la neutralidad  de muchos de los dirigentes sindicales en la defensa de los intereses de los afiliados.
Una consecuencia inmediata de la masiva entrada irregular de extranjeros en Estados Unidos es la merma en los salarios de los obreros en situación legal.

Y es que los trabajadores norteamericanos que residen legalmente en los Estados Unidos son obreros privilegiados amenazados por los que trabajan “sin papeles”, que han declarado una nueva lucha de clase, igual pero diferente a la que los sindicatos rojos españoles propugnan: la de los que no tienen contra los que tienen, la de obreros contra capitalistas, pobres contra ricos.

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