miércoles, 13 de abril de 2016

DUDAS QUE NUESTRA PAZ CORROEN






Igual que un solo hombre murió para salvar a toda la humanidad, puede que la humanidad entera deba sacrificarse para que sea feliz uno solo de sus individuos.
Al hombre que murió todos lo conocemos y muchos lo reconocen como Dios.
El hombre por el que todos (los españoles) deberíamos sacrificarnos es Pedro Sánchez al que, si los españoles no le permiten que sea Presidente del Gobierno, le puede dar un jamacuco.
¿Deberíamos los españoles hacer feliz a Pedro Sánchez, aun a sabiendas de que nos hará todavía más desgraciados?
Debemos y podemos.
A) Porque, si en vez de a Pedro Sánchez nombraran a otro presidente, los españoles serían tan o más desgraciados que si el presidente fuera Sánchez.
B) Porque la presidencia del gobierno es un sortilegio y. sobre el que recae esa responsabilidad, arrastra el repudio de los españoles hasta mucho después de dejar de serlo (ejemplos, Aznar, Zapatero y pronto puede que Rajoy).
C) Porque no es malo el presidente de turno, sino la Presidencia del Gobierno y, por extensión, el gobierno.
Porque,
¿Puede vivir el ciudadano sin gobierno?
¿Puede haber gobierno sin ciudadanos?
¿Es el gobierno parásito de los ciudadanos o, como en España, somos los ciudadanos parásitos del gobierno que sobrevivimos gracias a las subvenciones que el gobierno succiona de los ciudadanos?

Mucho arroz para un pollo son tantas preguntas superfluas. Lo que importa, de verdad, es la heroica victoria del Real Madrid, de ese muchacho humilde que es Romualdo, contra los habilidosos y feroces jugadores del Wolfsburgo.

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