El pensamiento ilusorio es una falacia ética que no
llega a delito porque el que da por seguro algo de lo que no io está puede que
tenga algún desarreglo mental.
El segundo punto del comunicado que hoy emitió el
Palacio de la Zarzuela evidencia que, cuando Pedro Sánchez aceptó la oferta del
Rey para formar gobierno y presentarse a la sesión de investidura, padecía el
síndrome del pensamiento ilusorio, whisful thinking como llaman a ese
desarreglo los ingleses.
O fué eso, o Sanchez mintió al Rey.
Dice el punto segundo del
comunicado de La Zarzuela: . “La finalidad de las consultas
es constatar si, de la disposición que le trasladen los representantes de los
grupos políticos con representación parlamentaria, S.M. el Rey puede proponer
un candidato a la Presidencia del Gobierno que cuente con los apoyos necesarios
para que el Congreso de los Diputados, en su caso, le otorgue su
confianza; o, en ausencia de una propuesta de candidato, proceder a la
disolución de ambas Cámaras y a la convocatoria de nuevas elecciones generales
en el momento que constitucionalmente corresponda y con el refrendo del
Presidente del Congreso”
Como el Rey propuso a Sánchez, se deduce que
el Rey “constató” que Sanchez contaba “con los apoyos necesarios para que el
congreso de los Diputados, en su caso, le otorgara su confianza”.
Si lo de las consultas
para la investidura es como el comunicado de la Casa del Rey afirma, ¿cómo es
posible que Sánchez y sus secuaces insistan en que Mariano Rajoy rechazó la
oferta del Rey para formar gobierno?
¿No será más posible que
Sánchez indujera a error al Rey para que lo propusiera como candidato a
Presidente del Gobierno, a sabiendas de que carecía de los apoyos que
garantizaran su investidura?
¿Rechazó Rajoy el
ofrecimiento del Rey admitiendo que carecía de los respaldos necesarios o logró
Sanchez el nombramiento engañando al Rey?
El resultado de las dos
votaciones de investidura perdidas por Sánchez hace sospechar que el Secretario
General del PSOE hizo creer que era cierto lo que él creía que era cierto, no
lo que objetivamente fuera cierto:
Que se comprometió a
someterse a la aprobación de su candidatura porque creía que sería posible lo
que en aquel momenrto sabía que no lo era: que iba a engañar a los
diputados como engañó al Rey.
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