Un banco es una tienda que obtiene beneficios al
vender dinero a un precio superior al que lo ha comprado.
Es el banco
como, por ejemplo, el frutero que compra
en la huerta el kilo de naranjas a 50 céntimos de euro y se lo vende al ama de
casa por 75 céntimos para obtener en la operación un beneficio bruto del 25 por
ciento que, descontado el costo de transporte, almacenamiento y deterioro, se
quedaría en un diez o doce por ciento.
El mismo frutero
le compra a los que van a la sierra a buscar espárragos los que hayan encontrado.
Les compra el manojo a un euro y los vende a sus clientes a euro y medio.
¿Y las tiendas
de dinero que son los bancos?
Se proveen de
mercancía de los ahorradores particulares y, sobre todo, del Banco Central
Europeo que, últimamente, hay ocasiones en las que casi paga a los bancos para
que se lo lleven.
¿Cuánto paga un
banco por un depósito a un año a un ahorrador particular?
No más del 0,60
por ciento.
¿Cuánto le cobra
un banco a ese mismo ahorrador si, en vez de cederle dinero, se lo presta?
El seis, el ocho
o el diez por ciento, según la solvencia del solicitante.
Y el dinero que
presta procedente de los fondos del Banco Central Europeo, ¿de donde procede?
De las
aportaciones que los ciudadanos de los estados miembros del Banco hacen, a
través de impuestos, a los gobiernos de los paises miembros del Banco Central
Europeo.
¿Y si, a pesar
de que compran casi regalado y venden a precios astronómicos, el banco quiebra?
Los gobiernos
suben los impuestos a sus contribuyentes para evitar la desaparición del banco
e inyectarles capital adicional para que la quiebra no les impida seguir en el
negocio.
¿Y éste sistema
bancario es el que garantiza la estabilidad y prosperidad de la sociedad?
Puede que no,
pero garantiza la estabilidad y la prosperidad de las sociedades bancarias.
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