Una batalla
más de esa guerra declarada por los que quieren ganarla contra los que podrían
ganarla si quisieran hacerlo.
Una guerra,
esta declarada por el Islam contra los que se resisten a aceptar como verdad
única la verdad del Profeta, en la que fatalmente se impondrá la voluntad a la
capacidad.
Porque los
soldados del Profeta demuestran en cada atentado su voluntad de ganar la guerra
contra los no creyentes en su verdad, y las víctimas de esos actos bélicos
unilaterales se resisten a convencerse de que su pasividad es el preludio de su
exterminio.
En ésta
desigual confrontación entre la voluntad activa y la resignación pasiva el
desenlace es fácil de prever: los que quieren matar exterminarán a los que
prefieren que los maten, con tal de no morir matando.
¿Cuantas
Nizas más aguantará el Occidente pasivo? ¿Cuántas Nizas más tolerará el
Occidente pasivo para reaccionar frente al Oriente agresivo?
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