Esta España,
que hizo capitanes de imperios a los pillos que se limitaban a chupar del Estado, acertó al mandarlos lejos
y obligarlos a ingeniárselas para sobrevivir.
El ingenio de
ingenuity, la cualidad que invocan los norteamericanos como característica de
sus gentes.
Porque la
ingenuidad de que los americanos se enorgullecen nada tiene que ver con la
bobaliconería que una mala traduccion de la palabra sugiere.
Es “ingenuity”,
según el diccionario Myriam-Webster, “la
habilidad o talento para diseñar y combinar”.
Como las
ortigas precisan tierras porosas en lugares sombríos para crecer, la ingenuity
yanqui o el ingenio español brotan cuando nadie te saca las castañas del fuego
ni hay subsidios estatales paliativos del hambre.
Puede que ya
sea tarde para que los españoles recuerden que todo el que algo te da te exige
que le devuelvas ese algo y más, y que
el Estado te roba para devolverte una parte minúscula de lo que se ha gastado
en su propio regalo.
Y, como prueba
evidente de que para los españoles ingenuidad es sinónimo de alelamiento,
suspiran por volver a ser gobernados por
un gobierno con atribuciones para sacarles más cuartos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario