jueves, 1 de septiembre de 2016

INDISCIPLINADOS GREGARIOS

Que nadie vuelva a decir, o por lo menos que no lo diga en mi presencia, que el español es un pueblo de gentes indisciplinadas, individualistas, amigos de la improvisación e incapaces de someterse a las reglas que se les impongan.
¿No son los diputados a Cortes una muestra representativa de los cuarenta y pico millones de españoles a los que representan?
O no eran españoles de los de a de veras, y no representaban al resto de los de su casta y su mítica indisciplina y su romántico individualismo es un cuento tan falso como el de Blancanieves y los siete enanitos.
Prueba irrebatible de que los españoles no son bravos sino mansos y de que están más capacitados para ser borregos que para ser pastores es el resultado de la votación  para elegir Presidente del Gobierno, que equivale al pastor que guía a las ovejas.
Ni uno solo de los 350 borregos apiarados en el redil del Palacio de las Cortes votó en contra de lo que el pastor les había mandado que votaran.
Borregos encorbatados y ovejas manicuradas, eso sí, pero que se fían más del que les mande que de su supuesto instinto que, según la leyenda, mueve a los españoles a su indisciplinado individualismo.
“Pero”,(ya salió el aguafiestas que quiere desmontar mi argumento) “los españoles son personas humanas”.
 Los españoles, hay que concederle, son personas aborregadas o borregos españolizados porque los borregos saben que obedeciendo al pastor siguen comiendo yerba y los diputados temen que, si desobedecen al jefe de su partido, se les acaba la plácida vida de la que disfrutan.

Así que el mítico individualismo y su legendaria indisciplina se acaban en cuanto el gregarismo les garantice jartarse de comer.

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