lunes, 12 de septiembre de 2016

¿VOTAMOS A TRUMP O A CLINTON?

   Ojito y atención al viento porque el que llega de Poniente puede que sea preludio de una tormenta inesperada  que si nos alcanza, y puede alcanzarnos, derribe la tapichoza que es España, domicilio ruinoso de los españoles.
En Estados Unidos, rascacielos de cemento y acero que alberga a los norteamericanos, van a echarse unas elecciones el primer martes después del primer lunes de Noviembre para elegir a su presidente-a para loas próximos cuatro años.
Los sondeos de opinión electoral, que hasta en los Estados Unidos se equivocan, pronostican que el estricto Donald Trump perderá frente a la liberal Hilaria (Hillary) Clinton.
Pero lo americanos son muy mirados para eso de las elecciones presidenciales y, ante la posibilidad de que el que consideren mejor para gobernar incumpla involuntariamente el contrato por cuatro años del que contraten, podrían optar por el menos bueno si eso les ahorra esfuerzo y dinero.
Rentabilizar la inversión es como se podría llamar a esa cautela porque, para los norteamericanos, votar es un engorro y además cuesta dinero.
Y el caso es que a la señora Hillary Clinton, casta y tolerante esposa del presidente Bill Clinton, le menudean los problemas de salud al contrario que a su rival Trump, bruto y fuerte como un toro.
¿Terminará Hillary su mandatoo de cuatro años o lo tendrá que hacer por ella su vicepresidente?
Si, Dios no lo quiera, los temores se materializaran, los americanos podrían elegir al candidato del partido republicano mes y pico antes de que los españoles, a la tercera elección, nombren por fin el día de Navidad a su propio presidente.
Y es que las elecciones españolas deben considerar factor determinante  que fuera presidente de los Estados Unidos Clinto o Trump.
¿Congeniaría mejor la Clinton con Sanchez si este consiguiera ser procónsul del Imperio Americano en España?
¿Les convendría más Mariano Rajoy como tetrarca de España a los americanos presidenciados por Trump?

Esa, y no otra, es la gran incógnita  que los españoles tienen que resolver para acertar en la elección de su presidente porque los norteamericanos, tanto Trump como Clinton, saben que el que da pan a perro ajeno pierde pan y pierde perro.

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