Parecía que aquella dorada época del
franquismo, tan entretenido porque acicataba la imaginación de los disconformes para protestar sin que los encarcelaran o fusilasen,
ha vuelto en ésta democracia que evoluciona hacia el desmadre.
Miren, si no lo creen,
el caso relatado por la prensa de Arcadio Martínez, secretario general de
Podemos en Alcantarilla (Murcia), que difundió ayer sábado una fotografia en la que aparece desnudo.
Un cartel que dice “nadie
sin luz” oculta pudorosamente sus genitales.
¿Y qué?
Pues que cuando la
zafia protesta ha perdido su eficacia al universalizarse hay que volver a
recurrir a la sutileza de la insinuación, al amagar y no dar, al “ya me
entiendes…”
Y el retorno a la
eficacia del pasado de ese podemita de Alcantarilla puede que marque una nueva era postrevolucionaria
que señale el fin de la zafia denuncia que por su abuso ha perdido eficacia.
Si, a partir de ahora,
la insinuación de “luz para todos” del podemita ilumina las tinieblas de la
oscuridad que denuncia, la luz que pone
en fuga al oscurantismo permitirá distinguir lo blanco de lo negro, lo bueno de
lo malo, el café de la achicoria.
Ya no habrá que
denunciar que, como todos los políticos, alguno de ellos roba.
Bastará con murmurar: “
parece que alguien se ha quedado con algo que no era suyo antes de apropiárselo”
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