lunes, 19 de diciembre de 2016

SINDICATOS COGIDITOS DE LAS MANOS

Hasta al más cándido de los incautos de este mundo le olería a chamusquina que los amos de las dos tiendas que se disputan la misma clientela coincidieran en echarle la culpa de sus escasas ventas al Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua.
Pues eso es lo que a uno le está pasando éstos días, cuando ve que los mandamases de la UGT y de Comisiones Obreras, en vez de desprestigiar cada uno a la organización contraria porque compite por atraer clientes de la otra, van por las calles cogiditos de las manos echándole al gobierno las culpas de sus males.
¿Será porque es el Gobierno, al que ambos culpan, la principal fuente de ingresos que a los dirigentes obreros de UGT y CCOO les permite vivir como Reyes Mida?
De las innumerables insensateces que se cometieron al montar en España este tinglado que se llama democracia, la del papel de los sindicatos puede que fuera la más insensata.
Porque un sindicato, si es que para algo sirve, es para defender los intereses concretos de los afiliados que le paguen una cuota periódica, no para que proteja los de los trabajadores en abstracto, que en muchas ocasiones son contradictorios.
Los afiliados al sindicato ferrocarrilero  de, supongamos UGT, saldrían perjudicados por la central sindical si, con el mismo empeño, defendiera los intereses de sus competidores, los del sindicato de transporte aéreo de UGT.
Así que, si quieren las dos centrales sindicales mayoritarias que nos creamos que  defienden los intereses de sus afiliados, que no vayan sus dirigentes cogiditos de la mano, sino que se saluden a guantazo limpio.

Como corresponde a empresas que compiten por el mismo mercado.

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