A uno, que
durante la Oprobiosa lo obligaron a estudiar la historia del mundo en vez de la
mucho más ilustrativa historia de su aldea, le da la impresión de que aquella
manía por aprender lo ajeno tenía el propósito de olvidar lo propio.
Pero, como cada
cual rentabiliza lo que tiene, para entender lo que ahora está pasando en ésta
aldea nuestra que es España le ha venido a la memoria aquello con lo que San
Remigio exhortó al bárbaro Clodoveo en el momento de bautizarlo para
reintegrarlo al cristianismo tradicional:
“Inclina tu
frente, altivo Sicambro”,--lo conminó—“adora lo que quemaste y quema lo que
adoraste”-
Pues, chispa
más o menos, eso es lo que desde hace unos pocos de años nos vienen diciendo
los de Podemos y otros predicadores que
pretenden librarnos de nuestra herejía tradicional para que inclinemos nuestra
frente ante su propia herejía.
Lo están
haciendo: quieren que los españoles quemen lo que hasta que ellos llegaron
adoraban (Dios, Patria y Rey) e inclinen su frente ante los que ellos adoran: Utopía,
Clase Social y Poder Asambleario.
Por eso,
disfrazan de tiorras deslenguadas a los Reyes Magos circunspectos, sustituyen
el rutinario trabajo por la discriminada incautación y la modestia por la
arrogancia.
Todo reemplazo
del Dios que se adoraba por el dios que hasta ese momento era un antidios,
de leyes vigentes por las que hasta
entonces eran ilegales y de la norma por lo que antes era excepción es
revolución.
La revolución
que, a la chita callando y ante la pasiva indiferencia de los que pagaremos sus
consecuencias, los de Podemos y otros bárbaros de su calaña nos han metido de
matute.
Ya llevamos
haciéndolo a la chita callando: estamos quemando lo que adorábamos y adorando
lo que quemábamos.
Y quienes
traicionan sus mitos, sus leyendas y su historia por mitos, leyendas e
historias ajenas pierden su identidad y
dejan de ser lo que eran.
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