Y cuando Susana
Diaz se instale en La Moncloa para mandar desde allí en toda España,¿a dónde se
escaparán los andaluces que hasta ahora huían a Madrid para escapar de los
impuestos que en Andalucía les cobra la hasta ahora capataz de la Junta?
Porque Andalucía,
si Dios no lo remedia, seguirá siendo el cortijo meridional de los españoles
aunque su todavía manijera cambie y se instale en el centro de su propiedad para vigilarla
mejor.
Es de prever
que, si Susana Diaz llega a ser presidenta del gobierno de España, y nadie se
atrevería a decir este cura no es mi padre, mandará en España como ha mandado
en Andalucía para posteriormente irse a América y mandar en todo el mundo.
¿Y qué será una
España y un mundo gobernado por Susana Diaz?
Una Andalucía a
lo bestia, en la que los que trabajen y tengan más tendrán cada vez menos, para que los que tengan menos por estar en
paro, disfruten tanto de los frutos del trabajo ajeno como ahora disfrutan los
ocupados de los beneficios del trabajo propio.
Y que después
no se quejen de la forma de gobernar España que implantará, copiada de su
gobierno en Andalucía: los que la respalden vivirán cada vez mejor sin trabajar
y los que no lo hagan vivirán peor, no se sabe si porque trabajan.
Aunque parezca
un trabalenguas paradójico, el sistema Susana que la futura mandamás andaluza
implantará primero en España y después en todo el mundo tiene su lógica:
Para ampliar la
nómina de sus fieles, la futura lideresa universal sabe que mientras más
ciudadanos confíen su bienestar a la gratitud a Susana, más reducido será el
número de los que confíen en que su ingenio y su trabajo les basta para vivir
satisfactoriamente, sin someterse a la futura mandamasa universal.
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