Ha tardado en
llegar, pero llegó.
Cuando el
gobierno español solicitó y consiguió que el Mercado Común admitiera a España
como miembro, lo hizo para que España se pareciera a Europa.
Casi 43 años
después de la firma del tratado de adhesión, se ha conseguido que sus socios comunitarios
se parezcan cada vez más a España.
Ahí tienen a
Francia, ese país al que España ha anhelado siempre parecerse y que anda ahora
tan liado como siempre lo estuvo España.
No es el de
Francia el caso de la nube que hace verano porque, de una manera o de otra, todos
los demás socios comunitarios de España están
ahora tan cubiertos de nubarrones como siempre lo estuvo España.
Hasta la pérfida
Albión, esa Inglaterra que se hizo grande empequeñeciendo a España hasta
arrinconarla en su último reducto peninsular, se ha españizado porque su personal
anda alborotado:
Han decidido
salirse del Mercado Común y ahora dudan si volver a ser solo la isla que
siempre fueron o pedirle a los Estados Unidos, que hasta anteayer eran parte de
Inglaterra, que los admita como su estado número 51.
Cuando Europa se
españice, ¿qué será de Europa?.
Pues lo que
ahora es esa colcha de retales diferentes que es España, en la que como hace un
siglo que le faltan extranjeros que la zurren, cada una de las partes de España
se dedica a pelearse con las otras partes.
Desde 1975 eso
es lo que España está haciendo, así que tenemos la ventaja de la experiencia.
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