jueves, 15 de junio de 2017

EL CABREO




    Este ganado podemita es muy raro.
De modo que predican un cambio de las ya para ellos caducas normas tradicionales de la sociedad, como la de que la mujer que se case con un hombre y el hombre que se case con una mujer queden encadenados uno a la otra y la otra al uno todas sus vidas, y se encabritan cuando alguien les señala que ya están  llevando su teoría a la práctica.
Al inocente pepero Hernando, al que su imprudencia no le advirtió de que no es lo mismo predicar que dar trigo, me lo pusieron a caer de un burro porque sugirió en voz alta lo que todos murmuramos con la boca chica.
En lugar de la hipocresía burguesa que demostraron escandalizándose de que se dijera en la tribuna del congreso de los diputados lo que nadie ignora, Pablo Iglesias debería haber concedido una amplia entrevista a algunas de las revistas de colorines para que cundiera el ejemplo de su manera de entender la vida birlonga.
¿O es que es tan egoísta que quiere acaparar los deleites del donjuanismo solo para sí mismo y para sus doñas Ineses de turno?
Ay Pablo Iglesias, al no compartir con tus semejantes el secreto de tu felicidad los condenas a no librarse de las amarguras de las que tú estás libre.
Todos queremos saber.
¿Por curiosidad?
No, para aprender.

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