El eructo es la expulsión
espontánea de los gases estomacales acumulados durante la ingesta de la comida
previa.
Aunque dos personas diferentes
hayan ingerido los mismos alimentos, unos eructan con placer y otros con
repugnancia.
Porque aunque haya sido el mismo
menú el que ambos ingirieron, sus estómagos son diferentes.
Eso es la Patria.
El concepto de Patria se
fundamenta en la Historia: los hechos, gestas y derrotas, heroicidades y
vilezas que se sucedieron, como un plato sigue al anterior.
Hay a quien el pichón relleno de
chocolate y arándanos le supo a manjar sutil y a otros una salvajada
antropòfaga porque tuvo que comerse a un animal, tan digno de respeto como el
ser humano.
¿Fue lícito castigar la
antropofagia con la que los españoles acabaron en lugares de América matando a
los antropófagos?
Hay quien dice que deberían haber
dejado a los pueblos descubiertos que siguieran su propio camino hacia la
modernidad y otros que hicieron bien al encauzar y acelerara el proceso.
A medida que la división de opiniones
sobre la Historia se diluyan se enconan las del presente.
Si la demanda de puestos de
trabajo es superior a la oferta,
A) ¿Convendría incentivar para que
acepten cualquier trabajo a los que no trabajan, retirándoles o mermando la
paga de subsistencia que las leyes les conceden?
B) ¿Sería mejor aumentar el monto
del subsidio para disuadirlos de buscar empleo porque ganarían lo mismo
trabajando que sin trabajar?
No es una disyuntiva banal porque
de su solución depende el futuro: una sociedad mayoritariamente ociosa en las
que los pocos que trabajen lo hagan para los que no lo hacen, o una humanidad
mayoritariamente laboriosa en la que bienestar de cada ciudadano sea
proporcional a la intensidad de su esfuerzo.
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