Estamos tan
enviciados en admirar la velocidad a la que el mundo avanza que no nos da
tiempo de percatarnos de que, en realidad, está retrocediendo.
¿La prueba de
lo ajustado de esa mi genial apreciación de la veracidad verdadera que oculta
la falsedad del faso progreso?
El titular de
una información que hoy publica El Día, de Córdoba:
“La Diputación
financia la contratación de dinamizadores en los Centros Empresariales”
Se va a gastar
la diputación 12.000 euros en cada uno de los cinco pueblos beneficiados, un
total de 60.000 euros o de 10 millones de pesetas, para ponerle una dínamo que
alumbre el camino oscuro que deben recorrer.
Porque un
dinamizador se supone que funcionará como aquellas antiguas dínamos acopladas a
las bicicletas que, al rozar con la cubierta de su rueda delantera, iluminaba
el faro y advertía a los ciclistas para que no chocaran contra el burro que
cruzaba el camino.
Los burros de
ahora son mucho más abundantes que los de antes y a los empresarios de ahora
les provocan más desastres que los antiguos burros a los ciclistas.
Los burros de
la actualidad son los funcionarios de las administraciones públicas que, con el
impedimento de caprichosos reglamentos, frenan el avance de los empresarios.
Asi que la
mejor dínamo, el mejor dinamizador de ahora, sería suprimir a los funcionarios
contra los que los empresarios chocan.
Libren (de
librar) a los ciudadanos de burros que los estorben y verán a qué velocidad
progresa la sociedad de los ciudadanos.
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