El mismo día
del mismo mes y cada año, los familiares y amigos suelen desearle a uno feliz cumpleaños.
¿Y para qué
sirve cumplir años?
Para saber más
porque vas acumulando experiencia en el farragoso laberinto de vivir y porque la
experiencia, dicen, es la madre de la ciencia.
Pero hay
ocasiones en las que, aunque un individuo haya sobrepasado los 74 años, sigue
sin entender lo que cada vez le resulta más incomprensible.
Por ejemplo:
que a la mayor parte de los españoles que se consideran de izquierdas y se
sienten adalides de la igualdad, les despierte más simpatía el partido
demócrata norteamericano que el partido republicano.
¿No saben que
fueron los republicanos del Norte de los Estados Unidos los que lucharon por la
libertad e igualdad de los negros, esclavizados por los demócratas del Sur?
De hecho, ni
siquiera la filantropía de los republicanos tuvo tanto que ver con la libertad
de los negros para que tuvieran derechos similares a los de los blancos.
El dinero, ese
metal envilecido que saca de. o mete en estado letárgico al hombre, siempre ha
estimulado el egoísmo o la filantropía, según el que lo tiene y desea
incrementarlo o el que no lo tiene y ansía tenerlo.
Los
republicanos del Norte habían creado una economía capitalista, que se basa en
el cambio de manos del dinero para sostener o incrementar el bienestar.
La economía de
los demócratas sureños estaba asentada en la autosuficiencia de las
plantaciones, que fabricaba cada una los utensilios, las herramientas y el
calzado que precisaban.
Eran las
plantaciones núcleos autárquicos:
producían lo que consumían y consumían lo que producían.
El comercio de los estados del sur se limitaba
al intercambio con otros plantadores de esclavos, caballos y otros bienes
secundarios,
Los excedentes
de la plantaciones esclavistas se exportaban a Europa, de donde importaban
sombreros, vestidos, armas y otras amenidades para los dueños.
La guerra entre
Norte y Sur estalló porque no tenía más remedio que estallar: porque el
norte necesitaba vender al mercado más
accesible, el de los plantadores sureños, los excedentes de su producción.
Los esclavos
sureños liberados eran solamente un mercado ansioso por ganar dinero para
gastarlo en los bienes excedentarios de los republicanos del Norte.
Así que de
filantropía republicana contra esclavismo sureño, nada de nada. Dinero, puro
dinero.
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