Patriotismo y
patrimonio son palabras que puede que tengan la misma raíz etimológica pero que
nadie las confunda,
Como no las ha
confundido ninguno de los consejeros (consiglieri los llamábamos en la familia
mafiosa de Vito Genovese), cuando il capo di tutti capi, les ha ido pidiendo
que den la cara como organizadores de
ese referendum que dicen que se van a echar.
No ha fallado
ninguno de los que il capo di tutti capi de Cataluña, el presidente Puigdemont,
que en cristiano quiere decir Picodelcerro, les ha pedido que patrimonialicen
el éxito del referendum, personificando su organización y celebración.
Las respuestas
de todos los interrogados han sido
idénticas: que la patria sin papa que guisar para comer ni es patria ni es nada
y que, si tanto interés tiene en el referendum, que le partan la cara al que se
ha empeñado en organizarlo para que después lo ascienda a presidente de la
república catalana.
La negativa a
ser el eje sobre el que gire el referendum de independencia de Cataluña puede
que sea el fin de una trama tan cuidadosamente urdida para que sean catalanes y
no españoles los que tiranicen a los catalanes del futuro.
En definitiva,
que después de tantos siglos sufriendo la tiranía española, los catalanes van a
perder la oportunidad histórica de que sea un catalán el que los tiranice.
Y todo porque
ninguno de esos patriotas catalanes de boquilla quiere cambiar su pan y sus
escargots por dirigir la nave de una Cataluña libre de la opresión española.
A la larga,
seguro, tendrán que recurrir a algún Rufian charnego para que libere de España
a la Cataluña a la que sus padres llegaron desde algún lejano lugar de España.
Y es que ni
para independizarse valen los catalanes si, para ser independientes, tienen que
pagar dinero.
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