jueves, 26 de abril de 2018

DEMOCRACIA

   La gente que manda persuadiendo y no obligando a los que los obedecen se han dado en llamar políticos: prometen que, si la gente los vota,  recibirán a cambio el oro, el moro y una entrada de barrera para los toros.
   Un suponer: un tal Cristóbal Montoro, que funge de ministro de hacienda del Gobierno de España, ha cambiado súbitamente de criterio.
  Hasta hace dos dias decía que no había dinero para aumentar las pensiones de los jubilados y ya ayer se descolgó diciendo que hay el dinero que antes no había y que subirá las pensiones.
   Habrá hecho mejor las cuentas.
   Puede que sí, pero también puede que haya sido porque el Partido Nacionalista Vasco ha advertido a un tal Mariano Rajoy, jefe de Montoro, que si no hay subida de pensiones, no contaran con los votos de sus diputados, que el gobierno precisa para aprobar las cuentas del año que viene.
   ¿Y la gente no se da cuenta del enjuague, y sigue votando al que mayor trola le prometa a cambio de su voto?
   Pues sí porque, gracias a eso, siempre puede achacar a otros la culpa de su propia desgracia.
 
   

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