El cielo, según
las tres religiones que en el mundo arrastran creyentes es no se sabe si un
lugar o un estado de ánimo tan rebosante de felicidad como carente de
desgracias.
La Gloria es
uno de los sinónimos del cielo.
Estar en la
Gloria, pues, es lo mismo que estar en el cielo.
Y ¿quién manda
en el cielo, a quien le corresponde el privilegio de abrir o cerrar sus puertas
a los que en el Paraíso quieran establecer su eterna residencia?
A Dios.
Hasta ahora se
creía que dios carece de edad, dimensión, figura y hasta de nombre.
Desde ayer, dios
o Dios (con minúscula por si hubiera más de uno y mayusculado si fuera Uno y
Unico), tiene nombre, apellido, figura y aparece en el canal 5 de televisión si
ese fuera el canal que conecte el telespectador que esté interesado en saber lo bueno
que es Pablo Iglesias.
Tiene aspecto
de mujer y es conocida por Susana Griso. No es diosa porque Dios, que lo es
todo simultáneamente, es tanto mujer como hombre.
Ha sido posible
identificarla como Dios-diosa por la frase con que mandó a paseo a un mortal al
que estaba entrevistando: “Se acabó tu minuto de gloria”.
Lo echó de su
presencia como el colega de Susana nombró a Luzbel fogonero del infierno.
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