Mi amigo más íntimo
terminó y publicó tres libros y tiene varios otros a medio terminar y que, por
desidia, vagancia o pérdida de estímulo quedarán inconclusos.
En general, la
gente que escribe algo lo hace con la intención de que la Humanidad lo lea,
elogie al autor y aspira a que el alcalde de su pueblo le ponga su nombre a
alguna calle.
Hay solamente
un conocido de oídas, un tal Pedro Sánchez, que dice que escribió un libro (una
tesis doctoral lo es) y se niega a que la gente lo lea.
Una rareza de
difícil explicación que puede originarla:
a) que sea
mentira que escribiera el susodicho libro, en forma de tesis doctoral.
b) que en el
libro defendiera la trayectoria política del Generalísimo Franco, con cuyo
vilipendio se gana ahora las habichuelas con chorizo.
c) que en ésta
España en la que hasta el más tonto hace relojes, le da vergüenza confesar que
no solo no ha escrito ningún libro, sino que ni siquiera ha leído ninguno.
Lo que parece
seguro es que, si fuera verdad lo que escribió, presentó y le fue aceptada una
tesis doctoral, fue tan sin darse cuenta que no espanta la duda de si realmente
lo hizo o sólo lo soñó.
Desde luego,
si fuera lo segundo (que lo soñara) declina toda responsabilidad respecto a lo
que la tal tesis diga.
(No vaya a
decir en la hipotética tesis que el Caudillo fue un regalo que el Buen Dios
hizo a la díscola España).
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