Si los más
egregios ciudadanos del pais andan desconcertados (no saben qué hacer, qué
pensar ni qué decidir) ya me dirán ustedes como andamos los que estamos más
para allá que para acá, los que como el vino de Asuncion no somos blancos ni
negros ni tenemos color.
--Pero ¿qué le pasa a usted, venerable anciano?
--Pues es más fácil
y rápido decir que no me pasa nada bueno porque todo lo que me pasa es malo.
En concreto:
que va para medio siglo que se murió el que mandaba y al que, mientras
mandaba, decían los que lo obedecían,
que era el abuelo, el padre, el tio y hasta el cuñao que les hubiera gustado
tener y ahora dicen que, si alguna vez lo vieron, no se acuerdan.
¿Y cual era la
gracia de ese caballero ya ausente?
--Su media
filiación era Francisco Franco Bahamonde pero, como era de tan afable natural,
le gustaba que le dijeran solamente Caudillo.
¿Y qué pasó?
--Pues que se
murió y, desde que descasa en una paz que le quieren alterar los que cuando
vivia lo aclamaban con fervor, esto anda manga por hombro.
--I,m sorry, I
don,t undestand.
--Pues quiere
decir que, desde que se murió, hasta los
que por lo bajinis lo criticaban, lo echan de menos.
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