sábado, 12 de octubre de 2019

APOLOGIA DE LA ACRACIA


La gente, que es como es, demuestra una vez más que el todo es la suma de las partes con esta astracanada del juicio a los pretendidos separatistas catalanes.
Y es que unos creen que un castigo como el que les han impuesto los jueces es una barbaridad y otros sostienen que es una filfa y que, en cuanto salgan del treno, van a volver a liarla.
Y, entonces, ¿qué?
Pues una de dos: a los que se compruebe o sospeche que han quebrantado la ley, se les ejecuta sobre el terreno o el policia que los detenga saca la petaca y el librillo de papel de fumar, lo convida a un cigarro y hoy por ti y mañana por mí.
Y, si no se castiga a los malos,¿que mundo va a ser este mundo?
Pues el que es.
¿O es que a esos tios conocidos por diputados y senadores y que por no darle un palo al agua van a cobrar un dineral no se aprovechan de la vida birlonga que ellos han organizado en provecho propio?
Pues, a la carcel, que aquí o todos moros o todos cristianos , que en democracia todos somos iguales.
Todos los obligados a obedecer somos igual de primos y todos los que tienen el privilegio de mandar son igual de tunantes.
--Y, si no fuera así, ¿qué diferencia habría entre el que manda y el que obedece?
--Ninguna. Por eso esa doctrina se llama acracia, que quiere decir que solo cada uno manda en sí mismo.

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