Dicen los
gramáticos que por silogismo se conoce al razonamiento formado por dos premisas
y una conclusión.
Un suponer:
“Todos los que
tienen bigote son tontos
Yo tengo bigote
Luego yo soy
tonto”.
Vamos a otro
ejemplo más oportuno y preciso:
“Los catalanes
aplaudian a Franco cuando vivia
Los catalanes
aborrecen a Franco desde que murió
Luego a los
catalanes los jodió que Franco muriera”
Para guiar por
los vericuetos de la lógica a quienes, como los burros, no tienen la engorrosa
obligación de razonar, hay que explicarles que:
A los catalanes
no les jode ni Franco ni su obra. Lo que los cabrea es que muriera a edad tan temprana en vez de haber vivido eternamente.
Y es que,
sienten los catalanes, Franco no murió sino que, desde que no va a verlos como solía, corren su casa como una loca,
sus dos trenzas por el suelo, de la cocina a la alcoba.
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