Es
como una doncella insegura que rechaza todas
las citas románticas porque no está convencida de poder mantener incólume su
membrana virginal.
Es
la deduccion que he alcanzado al leer el relato pormenorizado de Pablo Motos,
el de “Trancas y Barrancas”, de sus intentos para que Pedro Sanchez, que funge
de presidente de facto de España, acudiera a su programa.
¿Y
por qué no querrá ir?
Porque, aunque dirige un partido político que
predica la falacia de que todos somos iguales, Sanchez dice que serán iguales
los que lo quieren echar de donde está porque ha demostrado que es superior a ellos.
¿Y
hace bien en no juntarse con los que van a ir a eso de “Trancas y Barrancas?
Lo
hace muy requetebién porque, si acudiera y se estableciera una relacion
comparativa con los demás, podría perder a favor de alguno de ellos el cargo
superior de que ahora disfruta.
Hay
quien dice que esa actitud de Sanchez es perjudicial para la democracia.
--Pues
mire usted, eso de la democracia es como las papas fritas: a unos les gustan
casi crudas, a otros casi quemadas y a otros revueltas con huevos.
Y
todas son papas fritas.
¿No
llamaban a aquella feroz dictadura amurallada para que no se escapara de ella
la gente “Republica Democrática de Alemania”?
No hay comentarios:
Publicar un comentario