Anda últimamente la gente más alborotada que de ordinario
(extraordinariamente alborotada) por nada.
Porque, en una demostración
práctica de un enunciado teórico que desde su más tierna infancia viene
predicando, madame podemos ha ratificado que los ricos roban a los pobres.
La gente de
derechas, genéticamente atocinada por los excesos de la gula, no se han
percatado del sutil mensaje ideológico que Madame Podemos ha telegrafiado:
“Que hasta los
ricos mejor intencionados explotan a los que son menos ricos que ellos, por lo
que a los pobres se las hacen pasar canutas”.
¿Y por eso ha
echado (dejado sin curro) a la muchacha que ha descubierto que la mismísima
defensora de los explotados, (madame Podemos) ha dejado sin pan y sin trabajo a
la que ha denunciado la martingala?
Y porque la pilló de
buenas. Que si la llega a pillar en uno de esos momentos en los que la ira te
hace echar espumarajos por la boca, le aplica la ley de vagos y maleantes.
¿Cómo hacía
Franco?
--Franco lo hacía
porque podía. Por eso, es menester procurar que Madame Podemos nunca pueda.
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