En ésta tensa espera del momento trascendental en que los españoles
elijan al que ha de apacentarlos en los próximo años uno se queda provisionalmente
catatónico.
--¿Mande?
--Que no sabes qué decir ni qué hacer. Más o menos,
agilipollado.
-- ¿Y después, cuando
hayan hecho lo que van a hacer?
--Pues los que cojan cacho dirán “mira qué bien” y los que se
tengan que conformar con un surullo
dirán “hay que ver…”
¿Y para eso tanta televisión
y tantas discusiones?
--Para eso y para
tener el pretexto que cada uno tenga para disfrutar de las delicias de la
democracia, protestar.
--Protestar ¿por
qué?
--Para disfrutar de
protestar, como prohibía la dictadura.
--Y ¿sirve de algo
la protesta”
--Para desahogarte
y calmar las tensiones. Lo que en tiempo de la dictadura solo conseguías fumándote
un Ducados.
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