viernes, 15 de marzo de 2019

A GUANTAZOS


Por lo que se está viendo, al mero mero del Partido Popular le falta un hervor para poder ser lo que dice que quiere ser: el redentor de este pueblo de irredentos y perdularios que es España.
Ni se ha enterado, por lo que parece, de que por el facineroso  mundo de la política no conviene caminar con un lirio en la mano, vestido con inmaculada túnica blanca y cantando “venid y vamos todos con flores a María”.
Casado se apellida el individuo que va y le pide al mandamás de  un partido que compite con su Partido Popular que se retire y no estorbe para que, al quedarse sin el que pensaban votar lo hagan por el que más se le parezca, que es el suyo.
Reduciendo la cuestión al mínimo puede que se elimine el problema de decidir quien manda y, así, se erradicara el gruñido demoníaco de la profesión política.
Y sin política, ¿cómo se resolverían las discrepancias?
Pues a guantazos, como viene pasando desde que un tío se cargó a su único hermano porque sabía encender mejor las candelas.

jueves, 7 de marzo de 2019

FANTASMAS


Me contaba mi padre que, cuando era chico allá por los primeros años del siglo 20, mi pueblo era todavía un mundo mágico en el que los misterios lo eran porque a nadie le interesaba desvelarlos.
Había hasta fantasmas, unos seres míticos que solo proliferan en rincones penumbrosos de callejones apartados.
Tenían aquellos fantasmas, que sobrevivían porque el alumbrado público apenas penetraba las primeras capas de las tinieblas,  unos colaboradores indispensables como los demonios que, subordinados a Luzbel, le facilitan su tarea.
No hay noticia de que nunca nadie hubiera visto a ningún fantasma, no se sabe si porque esos seres misteriosos eran tan cuidadosos que nunca se dejaron ver o porque nadie se atreviera a decir que los había visto, por temor a represalias.
¿Por qué, entonces, si nadie confesó nunca haber visto a ningún fantasma todos en el pueblo estaban convencidos de su existencia?
Por el consenso unánime, que  sentencia que lo que todos creen que es, tiene que ser porque es imposible que no lo sea.
Convencidos todos de la existencia de fantasmas en aquellos añorados tiempos en los que la fantasía explicaba la inexplicable realidad, elucubrábase para qué servían los fantasmas y qué buscaban fastasmeando.
También en eso el consentimiento unánime explica el misterio;
Eran, se decía, amantes clandestinos que pretendían mantener en la clandestinidad sus amoríos, tanto para proteger la buena reputación de la amada como para escapar de la ira del pariente de la amante agradecidamente seducida.
Y eso, qué tiene que ver con éstos tiempos de democracia y de presidentes de gobierno que se van de rositas por mucho que aireen sus veleidades fronterizas con  el embutido conocido por chorizo?
Responde la prensa: “Palma de Rio instalará 65 cámaras de control de trafico conectadas por fibra  óptica” (El Día de Córdoba)
Adios al misterio, al carajo la imaginación. “The Big Brother is watching you”. El gran hermano te vigila y hasta se anticipa a lo que vayas a pensar porque te inspira el pensamiento correcto.

LISTAS DE ESPERA


“El hospital Reina Sofía llevó a cabo durante el pasado año 198 trasplantes de órganos (186 a personas adultas y 12 de ellos infantiles), del total de 931 que se efectuaron en Andalucía y que supusieron un nuevo récord de actividad trasplantadora para la región.
Por órganos, se registraron 82 trasplantes de riñón,49 de hígado, 20 de corazón, 41 de pulmón y 6 de páncreas, ha detallado el hospital. A estos trasplantes se sumaron 161 injertos de tejidos (88 de córnea y 73 de médula ósea).”   ( Diario Córdoba, 07-03-2019)
      ¿No será que la intervención quirúrgica para extirpar unas vulgares amígdalas prestigia menos  al cirujano y al centro en el que trabaja que transplantar de un tirón  corazon, pulmon, páncreas y hasta las orondas carrilleras del paciente?
    Alguna explicación debe darse a la inexplicable contradicción de que en un sistema sanitario capaz de realizar al paciente la intervención quirúrgica más complicada se eternice la espera para que sea atendido de la dolencia la más simple.
   Hay maliciosos que sugieren que, en un sistema publico de sanidad administrado por políticos, la eficacia se mide en votos y no en curas.
    Y que, por consiguiente, el enfermo es más el escaparate de la eficacia del político que el beneficiario de la habilidad y los conocimientos de un médico.

viernes, 1 de marzo de 2019

POLITICA: RASCAR DONDE A OTRO LE PÌQUE


“La política es una actividad orientada en forma ideológica a la toma de decisiones de un grupo para alcanzar ciertos objetivos. También puede definirse como una manera de ejercer el poder con la intención de resolver o minimizar el choque entre los intereses encontrados que se producen dentro de una sociedad”.(Calcado de Facebook que, como todo lo sabe, es la biblioteca de Alejandria del postpresente).

Pero, tonterías aparte, la politica es el oficio del que viven los que hacen creer a los demás que les conviene lo que a él particularmente le interesa.
Es, en definitiva, un timo a los que están deseando creer que otro hará desinteresadamente por ti lo que solo tú tienes obligación de hacer.
Un suponer, para entendernos: sabes que, como en el sitio donde resides te achicharras de calor en verano y tiritas de frio en invierno, la prudencia aconseja que te protejas de esos extremos dentro de una casa.
Para eso puedes: a) construirla personalmente. b) pagarle a un albañil para que te la construya y, c) esperar que el estado te la proporcione, a cambio de votar al partido que gobernará, y de pagarle en impuestos más de la mitad de lo que ganes.
(Lo de la casa es un ejemplo: lo mismo puede decirse de la comida que has de comer, del agua que has de beber, de las carreteras por las que has de transitar, del médico que certificará tu defunción o del policía que buscará y no encontrará al que huyó después de apuñalarte mortalmente).
Entonces, los que gobiernan por haber ganado las elecciones en las que les distes tu voto, ¿para qué sirven?
Son indispensables.
Sobre todo para que el ciudadano pueda dormir apaciblemente cada noche (o cada siesta en verano), después de haber descargado en el gobierno y los políticos sus propias culpas y su particular responsabilidad por no haber resuelto individualmente las incomodidades que personalmente le afectaban.
¿Conclusion?
Que nadie mejor que uno mismo sabe donde rascarse para aliviar el picor que lo incomoda.

sábado, 23 de febrero de 2019

EL FUGITIVO ÁPODO


De que Diego Carcedo y servidor no debimos ser demasiado malos en nuestro oficio lo demuestra lo gordos que estamos (servidor 11 arrobas) y lo mucho que nos reímos mientras trabajábamos.
En vez de pagarnos por trabajar, deberían habernos exigido que pagáramos por hacerlo. Yo hubiera pagado con gusto.
Es la conclusión que ha brotado espontáneamente de mi abotagada sesera tras leer el episodio del espía ápodo que Diego relata en su libro “Sobrevivir al miedo”.
Diego es un narrador excelso: no conozco mayor placer que escuchar, desde una butaca acogedora, el relato de alguna de sus aventuras de nómada.
Falta en su narración de aquella aventura del espía ápodo de Lisboa la parte quizás mas chusca de la aventura, la de la peliculesca negociación que, conmigo como conductor de mi Volkswagen Dasher de dos puertas y dando vueltas por los jardincillos delanteros del Palacio de Belem, mantuvieron el canciller Alonso del consulado y el fugitivo.
El canciller se sentó detrás, el fugitivo en el asiento delantero derecho y yo conducía.
En un momento de las tratativas, el fugitivo avisó de su perentoria necesidad de descargar su vejiga. Arrimé el auto al parterre que circunda los jardines y, como los perros marcan su territorio meando, así  marcó el suyo el prófugo.
Aquella intriga lisboeta y el miedo con el que retiré mi coche del centro de la calle de Washington . donde lo habían atravesado los manifestantes antivietam para taponar el paso de los blindados de la guardia nacional, fueron los más excitantes momentos de mi arriesgada vida periodística.

viernes, 22 de febrero de 2019

NI VALLS PODRIA CON ESPAÑA


Es como el saquito pasado de moda que el rico le regala al pobre para que lo aproveche hasta que se lo reemplace por el que, ya amortizado, le cederá cuando renueve vestuario la siguiente temporada.
Me refiero a Manuel Valls, ese político que cuando los franceses lo desecharon por haberse quedado “demodé”, se vino a España para enseñar a los españoles lo que vale un peine.
En Francia, donde empieza Europa, a Valls le fue divinamente porque llegó a primer ministro que es algo así como mayordomo del señorito, el que le plancha los pantalones y le cepilla los zapatos al Presidente de la Republica.
Su experiencia francesa debe haberle despertado las esperanzas cortesanas: de cola de león que fue, aspira a ser cabeza de ratón en España.
 Así que le ha dado por ser Presidente del gobierno en España y que todos lo obedezcan.
Tiene lógica porque la funcion del primer ministro de Francia es obedecer al Presidente de la República, que lo contrata o lo despide para que lo sirva y lo obedezca.
El Presidente del Gobierno en España, sin embargo, tiene quien le escriba los libros en los que su nombre aparezca como autor, va gratis en avión hasta al cuarto de baño del palacio en el que vive de balde y, si le diera la gana de ir a Timbuctú y no le apeteciera hacer el viaje, le traerían Timbuctú con el olor de los cagajones de sus burros y todo, al dintel de su palacio.
Hay gente inocente que se pregunta si Valls serviría para Presidente del Gobierno de España.
Tiremos del archivo del pasado para que nos de un pronóstico de ese posible futuro: si España sobrevivió a Zapatero y su débil corazón sigue latiendo a pesar de Sanchez, sin duda sobreviviría hasta a Valls.
 Y es que España es eterna, como el gazpacho. Ni el afrancesado Valls es capaz de superar a los españoles que, desde que dios mandó que se hiciera la luz y la luz se hizo, están empecinados en cargarse a España.

jueves, 21 de febrero de 2019

LA DISCRECION DE PEDRO SANCHEZ


Que la ciudad y el mundo (urbi et orbe) lo sepan: si buscan  a un chismoso que propale lo dicho en una conversación privada, Pedro Sanchez es su hombre.
Y que el rey. que lo es de todos los españoles, aprenda que no todos los españoles son tan discretos como para no difundir públicamente y sin permiso lo tratado en una charla privada.
Es lo malo de la democracia, esa aberración de que todos somos iguales que la vida desmiente: si fuéramos iguales, todos seríamos chismosos como Pedro Sanchez o discretos como los que lo antecedieron en la presidencia del gobierno.
Y es que en éste mundo escandalosamente publicitado en que vivimos, todos los humanos cabemos sin renunciar  a lo que nos de gustirrinin.
Si a Pedro Sanchez le gusta salir en la televisión y hablar de intimidades, ¿por qué no concursa en “mujeres , hombres y viceversa”? 
Todos loas oficios, en éste mundo globalizado, son honorables y su honorabilidad no depende de lo que se hace, sino de la manera que se hace.
¿Por qué, si lo que pirra al compañero Sanchez es contar lo tratado en la privacidad de un despacho, no prueba a contar lo que haga en la privacidad del catre?