domingo, 25 de enero de 2009

FIN DE CRISIS

Este último domingo de Enero, por fin, un fulgurante rayo de sol ha ahuyentado los ominosos nubarrones que ensombrecían el futuro inacabable de la humanidad.
La inesperada pobreza que sumió a las naciones de la tierra en la indigencia se ha diluido hoy tan súbita e inexplicablemente como apareció.
Ya no hay que esperar al segundo trimestre de este año, como los más optimistas pronosticaban, para que la economía mundial se reanime ni hay que temer, como Manuel Molares reseña en sus "Crónicas Bárbaras" que avisa el catedrático Santiago Niño Becerra, que el paro afecte al 20 por ciento de los trabajadores españoles hasta el año 2014.
Hemos sido víctimas de una alucinación colectiva tanto los lideres mundiales apresuradamente convocados a Washington como los gobiernos de los países más poderosos de la tierra, los corredores de bolsa, banqueros, economistas y empresarios de la humanidad.
La crisis económica que tanto temían, los empleos perdidos, las empresas cerradas, las viviendas abandonadas por impago de hipotecas y los proyectos aplazados por falta de dinero han sido una gigantesca falsa alarma.
Seguimos, afortunadamente, viviendo en el mismo mundo próspero, confiado, alegre y desenfadado de cuando, hace un año, todo el monte era orégano.
No quiere decir que no haya problemas, pero nada que deba inquietarnos. Basta comprobar la primera página del principal diario de España que, se supone, debe reflejar lo que más interesa a sus lectores.
El titular de primera página, desplegado a lo largo de cuatro de las cinco columnas del periódico “El País” de hoy dice: “Avisé A Rajoy de que me estaban espiando en Madrid”, y cuenta una rara historia de cotilleos políticos de unos extraños espías que no se sabe muy bien qué espiaban.
En cuanto a la crisis económica, de la que si existiera seguramente hablaría un periódico preocupado por los intereses de sus lectores, se limita a aludir a algunos problemas en Inglaterra, donde creo que el periódico se difunde poco.
Cuando se estudiaban las técnicas del oficio para que el periodista informara eficazmente de lo que al lector le interesaba, y no de lo que al editor le interesaba que supiera, si la crisis económica fuera cierta y tan grave como se dice, a un diario tan serio como El Pais no se le hubiera ocurrido hablar de chorradas de espías.
Si lo ha hecho habrá sido porque la supuesta crisis económica es una falacia y porque el mayor problema de la Humanidad, hoy por hoy, es ese juego de espías.

sábado, 24 de enero de 2009

ESPIAS Y DIABLOS

Cuando el diablo no sabe qué hacer, con el rabo mata moscas.
Pero, ¿en que pudo distraerse Satanás en vísperas de esta ciclogénesis explosiva en la que los rigores invernales lo privaron de moscas a las que matar?
Lean El Pais, vean la sexta, aprendan del canal Cuatro, déjense arrullar por la SER y lo sabrán: El Diablo se dedica a espiarse a sí mismo.
Pues mira qué bien, así no tendrá tiempo de tentar a los pobres pecadores. Sin tentación no hay pecado, sin pecado no hay condena y sin condena, es segura la redención y la salvación eterna.
¿Quién debería estar más contento de las veleidades de Belcebú? Evidentemente, el enemigo del mal que personifica y, como el principal adversario del Satanás que se espía a si mismo es el Partido Socialista, los socialistas tendrían que aplaudir las frivolidades de Satanás.
El razonamiento parece irrefutable pero indicios hay de que, por lo menos en éste caso, no es toda la verdad lo que verdad parece.
Porque, ¿a qué viene, si no, el genuino rebote que la vistosa Señorita Pajín, doña Leire, se agarró en Valdepeñas, exigiéndole al pastueño señor Rajoy que encause, investigue, depure y castigue al culpable del diabólico espionaje?
Del justiciero fervor de la señorita Pajín se deduce una primera consecuencia: que da por amortizado al señor Rajoy como diablo y, al asumirlo como aliado, identifica como demonios peligrosos a Ruiz Gallardón y a Esperanza Aguirre.
La maledicencia, que es una de las prerrogativas satánicas, sugiere que todo este lío de los autoespionajes políticos no es más que un ardid de los adversarios ideológicos del Partido Popular para ocultar sus propias debilidades.
Esos mal pensados aducen que los socialistas se sacan de las faltriqueras memorias históricas, matrimonios entre maricones o espías de pacotilla para que no se hable de negociación con terroristas, fracaso económico o escándalos en Pinto.
No lo creo. La señorita Pajín y sus socialistas, seguramente, querrán que Gallardón y Aguirre dejen de espiarse para que, en beneficio de sus administrados de Madrid, dediquen su atención a montar otra red subterránea de autopistas en la capital, extiendan más el metro o pongan en marcha nuevos hospitales.
Que hagan caso al clamor polifónico del Grupo Prisa y a su jefa Leire porque, si los diablos Gallardón y Aguirre siguen matando moscas con el rabo, van a parecer gobernantes de Andalucía o Cataluña.

viernes, 9 de enero de 2009

ACCIDENTE CON SUERTE

El año que se abre hacia el futuro tiene que ser espléndido porque, después de un episodio aterrador, mostró su bondad Dios en el que, si no creyera , sería un insensato.
Y todo porque el domingo, día cuatro de enero, poco después de las cuatro (otra vez el numero) de la tarde, me dio Dios una prórroga cuando, después de más de 400 kilómetros conduciendo, y a falta de 20 para terminar el viaje, mi coche se salió de la carretera,
El susto fue tremendo, el accidente brutal. Me salvaron los air-bags y el cinturón de seguridad.
El coche fue directamente a la chatarra. Me ha servido con lealtad y eficacia los dos años que me ha durado y, si no hubiera sido por el error que cometí y que lo ha mandado al desguace, hubiera sido el último auto de mi vida y mi tercer FIAT, todos sufridas y nobles herramientas.
Yo escapé con magulladuras, sin ningún daño irreparable y, sobre todo, sin haber dañado a nadie. Eso ha sido lo mejor del incidente, y no ha sido poco. Lo peor, un nuevo mal rato a mis hijas y mis yernos, que agranda la deuda que les tengo y que espero que Dios me permita seguir incrementando.
He aprendido que los años que ya he cumplido aconsejan que no vuelva a conducir durante más de media hora ni más de medio ciento de kilómetros por lo que, Dios mediante, seré uno más de los usuarios del AVE entre Còrdoba y Madrid. En Babilonia me haré con un utilitario de segunda mano para ir al mercado y a los mandados de rigor.
Pero, para las velocidades que alcanzan en las carreteras, los coches requieren que los manejen personas en plenas facultades y con reflejos, si no de astronautas, por los menos de piloto de F-16 Falcon.
Las circunstancias han cambiado y no hay más remedio que adaptarse, Ignorar que carezco de los reflejos y las condiciones físicas que me permitieron conducir de Washington DC a Mexico DF sería una idiotez.
Superado en parte el susto y lamiéndome todavía las magulladuras del golpe, seguimos a sus órdenes. Hasta que Dios quiera.

sábado, 3 de enero de 2009

CONSEJO GRATIS A OBAMA

Si yo fuera Barak Obama, haría como los novios que lo piensan tarde pero bien, y el 20 de Enero los dejaría plantados a todos, por muy endomingados que se hubieran ataviado, en las escaleras del Capitolio.
Porque, si no lo hace, presta juramento y se convierte en presidente de los Estados Unidos, lamentará siempre su momentánea falta de audacia que le permitiría defender su derecho a fumar lo que le quede de vida.
Porque Obama, a pesar de lo que se pueda sospechar por la caterva que lo idolatra, es un hombre serio, formal, con flaquezas y virtudes, propenso siempre a la perfección, aunque consciente de que nunca la alcanzará.
Una prueba irrefutable de la naturaleza humana del futuro presidente es que fuma y, aunque claudica ante los políticamente correctos asegurándoles que va a dejar de hacerlo, sigue disfrutando de su debilidad.
El placer del tabaco se le hace intensamente insoportable ahora porque, al gusto de encender el cigarrillo, darle una honda calada, retener el humo amorosamente en sus pulmones y expelerlo para perfumar su entorno, se añade el deleite de atreverse a lo que está mal visto.
La dudosa satisfacción de convertirse en Presidente de los Estados Unidos la va a pagar cara Obama porque tendrá que renunciar al placer real que el tabaco le ha dado hasta ahora.
Y todo porque el conjunto de leyes que dará jurisdicción al gobierno federal sobre todo lo relativo al tabaco está aguardando a que el nuevo Congreso inicie sus trabajos para recibir su visto bueno, convertirse en ley, y servir de instrumento represor contra los fumadores, los herejes modernos.
Hasta ahora, y aunque la Administración de Alimentos y Medicinas (Food and Drugs Administration, FDA), metía mano en comidas perrunas, perfumes y hasta chicles de nicotina, los Estados y ayuntamientos no le habían dejado meter cuchara en lo del tabaco.
Pero, tras el visto bueno a la legislación para facilitar la salida de la crisis económica, le llegará el turno a la que permitirá a la FDA apretarle las tuercas a los fumadores, y que Obama ha prometido sancionar.
Al ya casi ex fumador Barak Obama se lo han puesto crudo: o se retira del tabaco o lo acusan con razón, ¡santo cielo! de incoherente.
Como fumador al que el humo del tabaco le aguza el ingenio, me permito respetuosamente aconsejarle que siga fumando a escondidas porque, ¿quién lo va a acusar de una fechoría que no deje rastro?
El consejo es gratis, aunque si insiste y para que vea que me junto con todo el mundo, le acepto unos chili con carne y una hamburguesa en Old Ebbit, en la esquina de la 15 y Constitution, que le queda a 150 metros de su despacho oval.

viernes, 2 de enero de 2009

POLITICO PROMETEDOR

Tanto se ha abusado de los eufemismos para ocultar lo social y políticamente incorrecto que hemos acabado por anular el significado original de algunas expresiones.
No digamos ya cuando adjetivamos algunos verbos.
Vale, no divaguemos y cuadremos al toro para que no nos lo devuelvan al corral:
El verbo prometer, en su primera acepción, significa “obligarse a realizar una determinada acción”, mientras que prometedor, que es una evolución adjetivada del mismo verbo, define a alguien “que tiene buenas perspectivas de lograr algo positivo”.
Así, un futbolista prometedor es el que, seguramente, acabará fichado por el Real Madrid y un político prometedor el que, capaz de cimbrearse como un mimbre en la dirección que sople su partido, comerá de la política de por vida.
Pero un amigo mío se llevó un chasco:
Conozco a ese amigo de vista porque lo veo cada vez que me afeito y ese amigo, que ya tenía hijos y había plantado arizónicas en la cerca de su chalet, completó su ciclo y escribió un libro.
En su promoción andaba empeñado cuando su editorial le hizo ver que en la novela se aludía a un asunto sobre el que las autoridades de su comunidad autónoma estaban empeñadas en una lucha de competencias jurisdiccionales.
--Si se lo pudiéramos hacer llegar al Presidente de la Comunidad y leyera el libro”, --le apuntó a mi amigo el editor—“ayudaría a su difusión”.
Como el amigo al que conozco de vista era paisano de un político pronosticado unánimemente de “prometedor” porque pese a su juventud era el tercero en la jerarquía de su partido, empleo una mañana en hacerle llegar dos ejemplares, uno para él y otro para su jefe.
Aunque lo hizo esperar una hora para la entrevista, salió de ella más contento que un tonto al que le hubieran regalado una candelita porque motu proprio, es decir sin que nadie lo hubiera empujado a ello, el político se portó como el Diablo con Cristo en el desierto.
De hecho, se portó mejor que el Diablo, o por lo menos con mayor generosidad porque a cambio de sus voluntarias promesas ni siquiera le pidió que lo adorara.
Prometió que el libro lo presentaría el Presidente de la Comunidad en la capital de la supradicha, que aparecería en el programa cultural de mayor impacto de la televisión regional, que iba a impulsarlo en todos los muchos medios a los que tenía acceso e,incluso, que lo leería.
Fue lo último que mi amigo supo del político prometedor que, evidentemente, nunca tuvo intención de cumplir las promesas que nadie le había pedido.
Con el paso del tiempo, mi amigo llegó a la conclusión de que su paisano, como todos los de su gremio, no era “prometedor” por las favorables perspectivas de su carrera, sino por exigencias de su oficio.
Porque “político prometedor”, descubrió, no es un eufemismo, sino una redundancia.

jueves, 1 de enero de 2009

PAJARITOS Y PAJARITEROS

La humanidad está desigualmente compuesta por una cándida mayoría de inocentes avecillas que trinan felices en el tenebroso bosque de la vida y una minoría de taimados pajariteros que tienden trampas para cazarlos.
El triunfo de los depredadores sobre sus presas es inevitable, porque a su propia astucia añaden la ingenuidad de sus víctimas.
Hay tormentosas discusiones de encumbrados filósofos y de apasionados tertulianos sobre la ética y la estética de esa convivencia paradójica, que se asienta en que los unos se coman a los otros.
Como lo políticamente más correcto, han consensuado que, si son los pájaros los que escogen a quienes les tiendan las trampas, los pajariteros actúan dentro de la más democrática legalidad.
Otros pensadores tan agudos como ellos, aunque más antiguos y, por tanto, menos fiables, discrepan de que agachar la cabeza, por muy democráticamente que se consensúe, sea la mejor manera de garantizar eficazmente la convivencia.
Me refiero a Santo Tomás de Aquino que, en su obra “El Gobierno de los Príncipes”, llama “acto de piedad” matar al gobernante que viola los derechos de los ciudadanos y a nuestro jesuita talaverano Juan de Mariana que en su “De rege et regis institutione” sostiene la licitud de dar muerte al gobernante “que usurpe o abuse de los derechos de los gobernados”.
No está el horno para bollos ni el verde para pitos y, en estos ilustrados albores del 2009 no vamos a tomar al pié de la letra las excentricidades de dos señores tan antiguos, sobre todo porque no se ajustarían a las prácticas del estado de derecho.
Pero ya va siendo hora de que los pajaritos dejen de hacer el panoli y busquen alguna martingala para, por lo menos, correr a gorrazos a los pajariteros que tan impunemente los hacen caer en sus trampas.
Porque, por mucho prestigio que reconozcan algunos a quien lo aconseja, no parece que aguantar impávidamente sea lo que más convenga a las víctimas de los que ponen las trampas.

martes, 30 de diciembre de 2008

BUSH Y LOS PROGRES

Hay que ser paciente y no agobiarse si, por mucho que nos empeñemos, no logramos lo que intentamos conseguir.
Porque, cuando menos se espera, salta la liebre.
Si alguien discrepa de esa perogrullada, que acuda en busca de guía a Sir Isaac Newton, del que las malas lenguas dicen que ha sido el mayor sabio de la historia.
El todavía relativamente desconocido Newton andaba cabizbajo, taciturno y melancólico porque no acababa de descubrir, como pretendía, la ley de la gravedad. En ese estado, se tendió debajo de un árbol, con tan buena fortuna que precisamente de ese árbol saltó la liebre.
--“Oiga, no diga barbaridades”—protestará el disidente crónico—“que las liebres no son monos para que trepen a los árboles”.
En efecto, ha sido un suponer, como si dijéramos un quid pro quo, un símil, una analogía. La liebre del árbol, que resultó ser un malus domestica, conocido vulgarmente por manzano era, naturalmente, una manzana.
--“Tate frate”, dicen que exclamó sorprendido Sir Isaac cuando se repuso de la inesperada agresión.
Inmediatamente, porque además de reflexivo era diligente, puso a funcionar su cerebro y, poco después, halló la respuesta que ya desesperaba encontrar y que plasmó en la fórmula:
m1 m2
F=-G----------
r2.
---“Acabo de inventar”—dicen que dijo todavía incrédulo, ” la ley de la gravitación universal ”.
Tan deprimido y desesperanzado como don Isaac antes del manzanazo andaba yo, y con mayor motivo que el sabio porque, lo que a mí me quitaba el sueño no era una fruslería como la que a él lo preocupaba, sino por qué a los progres les entraba sarpullido nada más escuchar el nombre de George Bush.
Mi manzano fue The Wall Street Journal y la manzana que, al caer sobre mi frente abrió mi entendimiento, la columna de ayer de Karl Rove.
Hasta que el 31 de Agosto de 2007 dimitió por motivos personales, Rove pasaba por ser el presidente en la sombra en la presidencia de Bush y, además del asesor de su mayor confianza, uno de sus mejores amigos personales.
Decía ayer Rove que Bush simultaneaba su trabajo con la lectura y que, en sus ocho años en la Casa Blanca, ha leído varios centenares de libros, desde novelas a ensayos históricos o biografías.
El año 2006 leyó, según su amigo y consejero, 95 libros, 51 en 2005 y en lo que llevamos de 2008 y hasta la semana pasada, 40.
Uno de los que leyó en esos años, según Rove, fue “La guerra civil española” de Hugh Thomas. Comenta en su columna el ex asesor y todavía amigo de Bush: “Si se hubiera frenado a Hitler y Mussolini en España, cuántas desgracias se habrían evitado. Sustituyan Irak por España y entenderán mejor la preocupación del presidente por la seguridad mundial”
Tan milagroso como el manzanazo que abrió las entendederas de Newton ha sido para mí la lectura de la columna de Rove:
A los progres irredentos los enerva Bush porque, al contrario que ellos, tiene el vicio de leer y la virtud de no fiarse de tiranos como Sadam Hussein, reencarnación del José Stalin aliado por acción de Hitler para desencadenar la segunda guerra mundial, y por omisión para que la República perdiera la guerra de España:
¿Qué exagero? Lean “Yo fui un ministro de Stalin”, de Jesús Hernández, uno de los dos ministros comunistas en los gabinetes de Largo Caballero y Juan Negrín.