miércoles, 25 de julio de 2018

ZURRARLE LA BADANA A LOS CRITICOS


Tan de gente buena es compadecerse de las desgracias de otros como alegrarse de que haya encontrado por fin un manantial de agua fresca el que llevara tiempo arrastrando la lengua de sed.
O, lo que es lo mismo, que ese beduino que con tanta pertinacia ha buscado durante tanto tiempo la puerta de escape de su ningunez política, por fin la haya abierto de par en par.
Pero ha descubierto que dura poco la alegría en la casa del pobre porque, cuando todavía se restregaba los ojos deslumbrado por el radiante futuro que le garantizaba su brillante presente, el alma se le cayó a los pies.
¿Y se le rompió?
--No se le rompió porque el alma es intangible. irrompible e inconmensurable y, cuando se dice que a alguien ase le ha roto el alma, lo que se quiere decir es que a ese alguien le han hecho la puñeta, que a ese alguien le han metido los dedos índice y corazón en el ojo derecho y en el izquierdo respectivamente.
¿Y cómo ve ahora las cosas Pedro Sanchez?
--Pues muy malamente, pero no tanto como para reconocer que debería haber comprado billetes de autobús, o  sacado del garaje su coche privado, haberse puesto al volante y llevar a su señora a ver “The Killers” que deben ser la mar de buenos porque, aunque su nombre significa “Los Asesinos”, quienes los conocen dice que son de muy buena familia.
Y, después de eso ¿qué hará Pedro Sanchez?
--Pues perseverar, ordenar a su vicepresidenta que justifique sus futuras meteduras de para antes de que las cometa y zurrarle la badana a la oposición política que son los malos porque, si fueran buenos, estarían gobernando. En una democracia honesta, el pueblo nunca se equivoca.


lunes, 23 de julio de 2018

EL CUERVO DE UNAMUNO





     EL CUERVO DE UNAMUNO


 El secretario general de los socialistas, Pedro Sanchez, al que los congresistas devotos de Alí Babá proclamaron jefe de la banda que asola España, ya oficia.
Una de sus primeras decisiones, cumplidas con esmero, fue irse a ver un espectáculo de variedades en un avión que, por haber sido pagado por el Estado es propiedad estatal y no privada suya, ni es Sánchez el que paga sus reparaciones, mantenimiento y pilotaje.
Simultáneamente, ordenó también que el Estado a su cuidado se gaste un cuatro por ciento más de lo mucho que ya derrocha, que se devolverá aumentando en la misma cuantía el dinero que se pida prestado a otros, o subiendo la recaudación de impuestos a los que ya pagan más de  la mitad de lo que ganan.
La gente del país que gobierna Sánchez es tan sufrida que, si en vez de ser españoles fueran gente normal, ya haría tiempo que estarían de baja por catalepsia terminal.
Por ahora, el síntoma de su dolencia solo trasluce por la repetición colectiva y continuada de éste soneto, obra de un héroe que fue capaz de no doblegarse ante un fiero caudillo llamado Franco, casi tan inmisericorde como el actual Sanchez;


                                 Ese buitre voraz de ceño torvo
                           que me devora las entrañas fiero
                           y es mi único constante compañero
                           labra mis penas con su pico corvo.
El día en que le toque el postrer sorbo
apurar de mi negra sangre, quiero
que me dejéis con él solo y señero
un momento, sin nadie como estorbo.
Pues quiero, triunfo haciendo mi agonía
mientras él mi último despojo traga,
sorprender en sus ojos la sombría
mirada al ver la suerte que le amaga
sin esta presa en que satisfacía
el hambre atroz que nunca se le apaga.

Que así sea.



sábado, 21 de julio de 2018

PUIGDEMONT O POR LA BOCA MUERE EL PEZ




Este Puigdemont que tanto perturba nuestro sosiego espiritual desde el día aciago en que por primera oímos su apellido, será todo lo cara que ustedes quieran pero su ingenio es envidiable.
Vive como un cura, y sin darle palo al agua, de lo que les saca a los ingenuos que creen que es la divina garza con moña tornasolada.
¿Habría que fusilar o meter en la cárcel al famoso fugitivo, del que todos hablan para encomiarlo o denigrarlo?
No señor: es mejor que la mandamasa  a la que los intrusos del gobierno han puesto al frente de Televisión, que por ser Publica debería ser de todos, lo saque en un programa en directo de la medianoche a las seis de la mañana.
--Oiga, pero en un programa con ese horario nadie vería a Puigdemont ni oiría lo que dijera..
--Mejor. No se trata de que lo vean sino de que los pocos que lo vieran pagaran con el sacrificio de no dormir el mal gusto de verlo.
--Ah, bueno.

viernes, 20 de julio de 2018

¡¡¡¡SOCORRO!!!!


El Estado, ha anunciado el gobierno al que le corresponde administrarlo, subirá un 4,4 por ciento su gasto anual.
Puede significar que:
a) Suba su recaudación por impuestos un cuatro por ciento adicional.
b) Aumente un 4 por ciento la deuda estatal, que ya supera el valor de los bienes y servicios que España produce durante un año.
Como no es el gobierno que administra el Estado, sino los ciudadanos que pagan impuestos al Estado los que se comprometen a pagar la deuda, tendrán que privarse de un cuatro por ciento de sus gastos para financiar el gasto adicional que ha anunciado el gobierno.
Considerando que:
c) En 1975, último año de la era que dio paso a la era actual, la deuda exterior de España era del 7,3 (siete con tres por ciento) del valor de lo que España producía.
La cosa estará mejor para los que meten mano en el zurrón desde 1975 pero para los que estamos obligados a llenar lo que otros vacíen del zurrón, la cosilla esta cada vez más jodida.

MANIFIESTO A LA NACION


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   El alcalde de Móstoles eran tan desconocido antes de su proclama contra los franceses que traían a España la modernidad, como servidor lo es ahora, al avisar a los españoles contra la extraña horda que pretende justificar el mal que hacen en que son los españoles los que han querido que les hagan ese mal.
   Salvémonos los españoles de estos farsantes y salvemos a España del descarado expolio del que se benefician.
   Que den la cara. Que confiesen que quieren gobernar para beneficiarse personalmente de las ventajas de no ser gobernados.
   ¡Políticos, a los albañiles!
     

jueves, 19 de julio de 2018

EL QUE PIERDE, GANA


Muchos trenes supersónicos y que no falten variedades sexuales para catalogar a los españoles, que somos, al mismo tiempo subvencionadores y subvencionados del Estado  pero que, de verdad, no hemos pasado de arrieros y capadores de guarros.
¿A qué otro bípedo racional y más o menos razonable se le hubiera ocurrido mandar que le hagan un submarino, que mientras no esté submarineando necesita que lo guarden, y hagan un garaje en el que, en el momento de meter el barco, se descubre que  falta espacio o sobra submarino?
¿Y cómo es posible que no se les haya ocurrido a los que tenían la obligación de habérseles ocurrido, que hicieran un barco más chico o un aparcadero de submarino más grande?
Si el despropósito de no adecuar el barco a su garaje ni el garaje al barco es solo uno de los muchos que en el futuro salgan a la luz, más valdría que sus propios tripulantes sean los que lo hundan en caso de necesidad, que será cuando se les ordene entrar en combate.
Habrá quien se rasgue las vestiduras y se ponga cenizas en el pelo o la calva, que eran los síntomas tradiciones de desconciert antes de que disfrazaran la dolencia con nombres raros.
¿Y para qué quiere España un submarino, si en ninguna guerra contra extranjeros ha salido vencedora porque todas las ha perdido?
--Pues para guerras civiles, a las que tan aficionados somos los españoles porque en ellas uno de los combatientes pierde, pero sus contrincantes y compatriotas ganan.
Es la ventaja de las guerras civiles. Siempre gana la mitad de la población del país, en éste caso de España.
La experiencia y la historia así lo demuestran.
Y ya se sabe, si al final de una guerra civil se le ocurriera al que la haya ganado hacer un monumento, que lo piense dos veces: con el paso del tiempo (as time goes by) puede que los que  creían que ganaron la guerra la perdieron,   porque los que parecía que la habían perdido, la ganaron.

miércoles, 18 de julio de 2018

ARREGOSTADOS A OBEDECER


Me contaba un viajo amigo, hijo de la suegra del irrepetible Mingote, que su madre solía sentenciar: “siempre vive de ilusiones el tonto de los cojones”.
Y en esas andamos ahora, tal como venimos andando desde aquella aciaga madrugada otoñal en la que hubo que pensar en buscarle sucesor al que durante tantos años se había sucedido a sí mismo.
Es ésta que llevamos luchando una lucha periódicamente repetida desde que se fue el que siempre estaba, el que se sucedía a sí mismo y cuya sucesión por otro no se planteó hasta que llevaba mandando un cuarto de siglo.
Va ya para 50 años  de su muerte en los que los españoles gastan la mitad de sus vidas quejándose del que manda y la otra mitad anhelando que lo suceda otro, que después descubrirán que es peor que el anterior.
Inútil ejercicio para un pueblo que, como el español, ha sido sistemáticamente entrenado  para confiar a otros tanto la salvación de sus almas como la alimentación de sus cuerpos desde el primer aliento hasta el último suspiro.
A un pueblo así, acostumbrado a obedecer al que los mande desde que fue considerado  pueblo distinto, pretenden que se autogobierne.
“… siempre vive de ilusiones…. “