miércoles, 21 de marzo de 2012

LA COMPETENCIA DESLEAL DEL ESTADO

Denunciar y condenar a los que se apropien o dilapiden dineros públicos no bastan para acabar con la infección social diagnosticada como corrupción.
Se dice que un organismo contrae una infección si lo invaden especies extrañas pero, si bacterias propias habitualmente inocuas desarrollan una virulencia dañina, la dolencia se diagnostica como infección endógena.
Los EREs falsos, las subvenciones fraudulentas, el dispendio en aeropuertos sin vuelos y la plaga de organismos públicos que justifiquen los salarios de sus directivos son síntomas de la infección endógena que aqueja a la sociedad.
Paliar los indicios de la dolencia es un tratamiento incompleto si no se combate su causa: la voracidad del Estado y su canibalización de la sociedad, que lo creó como una herramienta a su servicio.
Para que sea eficaz, el Estado debe arbitrar en los conflictos que enfrenten a sectores o individuos de la sociedad con intereses económicos, culturales, religiosos y laborales opuestos.
El arbitraje solo será eficaz si el estado- árbitro acredita su neutralidad entre los litigantes y respecto al asunto en disputa.
Por eso, el Estado debería renunciar a crear, adquirir o gestionar empresas que compitan con las de propiedad societaria o privada.
(Al difundirse que una mujer de 34 años solicitaba un piso de propiedad municipal, se supo que el Ayuntamiento de Palma del Río, de 21.000 habitantes, es propietario de 180 pisos).
Malo es que los administradores del municipio puedan caer en la tentación de rentabilizar electoralmente la concesión del uso de esos pisos, pero peor es la distorsión que esa administración estatal provoca en el mercado inmobiliario local, en que debería ser neutral.
(Los bancos españoles poseían a finales de Enero 229.000 de los casi 700.000 millones de la deuda pública del Estado Español, tras haber adquirido en los dos primeros meses del año casi 50.000 millones).
El Banco Central Europeo inyectó 52.432 millones de euros el pasado enero a la banca española, que destinó alrededor del uno por ciento a créditos comerciales y el resto a la compra de Deuda del Estado y a sanear sus balances.
Es malo que los funcionarios del Estado se apropien, malversen o derrochen dineros que se obtienen emitiendo deuda, pero es peor la distorsión que provoca en el mercado, en perjuicio de los clientes particulares, la competencia desleal del Estado en la obtención de fondos bancarios.
Television Española,subvencionada con fondos públicos y cuyos canales no emiten publicidad, acapara el diez por ciento del total de los telespectadores, que detraen de las audiencias de sus competidoras comerciales cuya supervivencia depende de los resultados economicos que la empresa obtenga gracias a los anuncios. Lo mismo ocurre con los oyentes de RNE, los terceros en número del dial radiofónico español.
Debería estar prohibido al Estado que sus funcionarios se inmiscuyan en negocios en los que compitan con empresas privadas.
Eliminar la tentación de manejar dinero limitaría el peligro de provocar el escándalo de la corrupción.

lunes, 19 de marzo de 2012

ANDALUCIA: DERROTA INEVITABLE DE LA DERECHA

Sea el que sea el resultado de las elecciones andaluzas del 25 de marzo, y aunque el recuento de votos acredite una aplastante mayoría del Partido Popular sobre el Socialista, Andalucía seguirá gobernada por la Izquierda.
Es imposible que la Derecha gobierne porque todos los partidos proponen resolver la crisis que el excesivo intervencionismo estatal ha originado en la sociedad civil sin devolver al ciudadano la responsabilidad por las decisiones que determinen la calidad de sus vidas.
Izquierda Unida, Partido Socialista y Partido Popular coinciden en dejar al estado la responsabilidad de regular la vida del individuo, desde su concepción hasta la disposición de sus restos.
Los comunistas vergonzantes de Izquierda Unida tienen un programa socialdemócrata radical con románticos repartos de tierras y nacionalizaciones de actividades económicas sostenidas con subsidios públicos.
El Partido Socialista, que a regañadientes admite un sistema de economía mixta, representa la socialdemocracia dogmática y el Partido Popular, que ni concibe ni se atreve a proponer que la sociedad civil haga mejor y más barato lo que el Estado hace peor y más caro, es una socialdemocracia pragmática.
En ésta Andalucía, sumida en cavilaciones sobre la magnitud de la catástrofe que supondrá el resultado de las elecciones, la mayoría se contentaría con que el futuro no sea mucho peor que el presente.
Aparte de los que confían en algún cargo bien pagado como consecuencia del triunfo en las urnas de los suyos, pocas esperanzas de mejora esparcen los vientos primaverales en Andalucía.
Puede que sea porque, como la elección que se les propone es entre distintas modalidades de esa entelequia conocida como socialdemocracia, intuyen que todo seguirá igual.
Por ahora, nadie les ha propuesto ni a los españoles ni a los andaluces un programa de derechas: que el Estado, juez neutral de la sociedad, no distorsione su funcionamiento.
Que se limite el Estado a vigilar el cumplimiento contractual de las empresas adjudicatarias del respeto a la ley en el interior del territorio nacional y de la protección contra amenazas exteriores.
Todo lo demás (educación, sanidad, relaciones laborales, transacciones comerciales, etc), que lo deje en manos de la sociedad civil lo que, naturalmente, lo privará del derecho a sangrar a los contribuyentes.
En definitiva, lo imposible: el gobierno en Andalucía de la Derecha.

domingo, 15 de enero de 2012

EL SIESO GRIÑAN

Al que se las da de gracioso sin tener gracia lo llaman en Andalucía sieso que, además de la parte inferior del intestino recto, o ano, es como por aquí se define a quien tiene desabrido el carácter, el esaborío.
El sieso no lo es necesariamente a jornada completa, por lo que se ignora si lo que le ocurrió a José Antonio Griñán en Málaga el 11 de enero fue síntoma de la condición crónica de esaborío del presidente de la junta andaluza o un episodio asintomático de mala follá.
¿Qué qué le pasó a Griñán en Málaga?
Que, como era inevitable en medio del escándalo de los fondos públicos gastados en cocaina, putas y otras liviandades, un periodista le preguntó si Griñán se había enterado del destino fraudulento del dinero de los ERE aprobados mientras era consejero de hacienda.
--“Usted me está acusando”—replicó—“de un delito”.
Griñán, que prefirió a la amable figura retórica de la ironía la más cruel y agresiva del sarcasmo, pretendió zaherir al periodista insinuando que la pregunta era una acusación de que había encubierto un delito.
El todavía presidente de la Junta de Andalucía, en vez de dar una respuesta directa a la pregunta directa del profesional que se la hizo, pasó por alto que le preguntaban al funcionario público y no al ciudadano privado José Antonio Griñán.
La responsabilidad del ciudadano Griñán, si hubiera sabido que alguien malversaba fondos públicos asignados para financiar expedientes de regulación de empleo, se habría limitado a denunciar un delito para evitar que lo acusaran de encubrimiento.
Pero, como consejero de hacienda de la Junta de Andalucía, a José Antonio Griñán le pagaban para que fiscalizara el correcto empleo de las partidas que asignaba el gobierno regional del que formaba parte.
El periodista, al que le pagan para que pregunte y no para acusar a nadie, quería aclarar si el consejero Griñán sabía o no lo que se estaba haciendo con el dinero cuyo uso correcto le correspondía supervisar.
Si lo hubiera sabido, a quien le hubiera correspondido lo podría haber acusado de cómplice de un delito.
Si lo engañaron y se gastaron el dinero en algo para lo que no estaba destinado, debería haber dimitido en cuanto se enteró de que lo habían burlado.
Reconoció Carmen Martínez Aguayo que,cuando era viceconsejera de Economía y Hacienda, faltó a su obligación de informar a Griñán de que la intervención alertaba desde 2005 de que el sistema de gestionar los ERE era inadecuado.
En lugar de cesar o forzar la dimisión de Carmen Martínez Aguayo por omitir su obligación de alertar al consejero, Griñán la premió ascendiéndola y es todavía la titular de la consejería.
Sarcasmos aparte, Griñán y su sucesora deberían haber cuidado los bienes públicos que administraban con más esmero que si hubieran sido patrimoniales.
Griñán dijo, y no hay motivos para dudarlo, que no sabía en qué se empleaba el dinero de los ERE y su proclamada ignorancia es tan evidente como su demostrada ineficacia para administrar bienes públicos.

viernes, 13 de enero de 2012

CINCINATO Y LOS SOCIALISTAS ANDALUCES

Los socialistas andaluces viven sin vivir en ellos por la alta manera de vivir que podrían perder tras las elecciones de marzo.
Están convencidos de que, si los andaluces encargan a otros que tutelen el bienestar que los socialistas administran desde 1982, una era de desgracias bíblicas sucederá a la edad venturosa que todavía perdura.
Uno de esos socialistas que consiguen la felicidad propia gracias a la tutela del bienestar ajeno se escandalizaba hoy de lo mal que el gobierno de Mariano Rajoy está administrando la herencia recibida del zapaterato socialista.
El curriculum del quejumbroso acredita lo fundado de sus críticas: abandonó a los 23 años una prometedora carrera comercial para dedicar su vida al servicio público municipal, parlamentario y provincial , además de haber representado a su partido en la cúspide de una entidad bancaria.
La parasitación del servicio público es una forma de entender la vida, sin que la condicione el relumbrón del cargo ni la tentación de su recompensa material.
Aduciendo su experiencia como teniente de alcalde, diputado nacional, presidente de corporación municipal, vicepresidente ejecutivo de caja de ahorro y diputado provincial, el experimentado socialista estaba preocupado.
Temía que, si los electores cometen en marzo en Andalucía el mismo error en que incurrieron en noviembre en España, los andaluces serán esta primavera tan desgraciados como ya lo son los demás españoles.
Es éste amigo mío andaluz y socialista el reverso de un antepasado romano de su cultura, Lucio Quincio Cincinato, aquél patricio que, cuando una comisión del senado lo obligó a aceptar el cargo de dictador para salvar a Roma del asedio de los ecuos, volvió al, arado en cuanto cumplió su misión.
Mi amigo, el socialista andaluz, es un experto inventor de ecuos para ofrecerse a salvar Roma. Vive de eso desde que abandono el comercio (su arado) sin que le apetezca volver a empuñar la mancera.

CINCINATO Y LOS SOCIALISTAS ANDALUCES


Los socialistas andaluces viven sin vivir en ellos por la manera en que esperan las elecciones de marzo.
Están convencidos de que, si los andaluces encargan a otros que tutelen el bienestar que los socialistas administran desde 1982, una era de desgracias bíblicas sucederá a la edad venturosa que todavía perdura.
Uno de esos socialistas que consiguen la felicidad propia gracias a la tutela del bienestar ajeno se escandalizaba hoy de lo mal que el gobierno de Mariano Rajoy está administrando la herencia recibida del zapaterato socialista.
El curriculum del quejumbroso acredita lo fundado de sus críticas: abandonó a los 23 años una prometedora carrera comercial para dedicar su vida al servicio público municipal, parlamentario y provincial , además de haber representado a su partido en la cúspide de una entidad bancaria.
La parasitación del servicio público es una forma de entender la vida, sin que la condicione el relumbrón del cargo ni la tentación de su recompensa material.
Aduciendo su experiencia como teniente de alcalde, diputado nacional, presidente de corporación municipal, vicepresidente ejecutivo de caja de ahorro y diputado provincial, el experimentado socialista estaba preocupado.
Temía que, si los electores cometen en marzo en Andalucía el mismo error en que incurrieron en noviembre en España, los andaluces serán esta primavera tan desgraciados como ya lo son los demás españoles.
Es éste amigo mío andaluz y socialista el reverso de un antepasado romano de su cultura, Lucio Quincio Cincinato, aquél patricio que, cuando una comisión del senado lo obligó a aceptar el cargo de dictador para salvar a Roma del asedio de los ecuos, volvió al, arado en cuanto cumplió su misión.
Mi amigo, el socialista andaluz, es un experto inventor de ecuos para ofrecerse a salvar Roma. Vive de eso desde que abandono el comercio (su arado) sin que le apetezca volver a empuñar la mancera.

viernes, 28 de octubre de 2011

LA CHACHA Y EL NIÑO PIJO

Los partidos políticos aprovechan las campañas electorales para propagar su ideología, por lo que los socialistas se han servido ya de la que ahora arranca para adoctrinar a los votantes en la conveniente inevitabilidad de estructurarlos como sociedad de replicantes clónicos.
Si todavía no lo han hecho, fíjense bien en el tufo marxista del mensaje determinista del vídeo que interpretan la uniformada chacha proletaria y el remilgado adefesio a su cuidado, que ya se insinúa como explotador capitalista.
Hasta para los más ingenuos, los socialistas proponen como axioma que los ricos descienden de padres ricos y los pobres de padres pobres.
Puede que eso sea cierto y puede que no lo sea.
En el primer caso, ¿para qué alientan falsas esperanzas en los desfavorecidos por la fortuna, instándolos a que se líen la manta a la cabeza en una lucha de clases inútil, si el encasillamiento social viene predeterminado por el de los progenitores?
En caso de que el mensaje socialista sea una falacia, sus consecuencias serían todavía más preocupantes:
Los hijos de padres proletarios que consigan ascender peldaños en la escala social y económica y los hijos de ricos que hayan descendido en esa escala podrían dudar si sus progenitores reales son los que figuran como tales en sus partidas de nacimiento.
Un hijo oficial de proletario que ascendiera en la escala social hasta alcanzar el bienestar de empresario podría sospechar que su verdadero padre no fue el obrero que figura en su partida de nacimiento, sino el patrón que lo empleaba.
Y el hijo oficial de padre rico que en su edad adulta se quedara sin un duro, ¿no podría sospechar que su nacimiento se debió a un desliz de su madre con alguno de sus criados?
Los socialistas se deberían dejar de coñas, retirar el vídeo de la criada y el niño pijo a su cuidado y dedicarse a trabajar como peones camineros (a las órdenes, y sin discutir de un ingeniero de caminos), y a cobrar subvenciones, que es para lo que, según su mensaje electoral proclama, están programados por un destino ineludible.

jueves, 13 de octubre de 2011

DURAN LLEIDA, PALESTINOS, ANDALUCES Y LA LIBERTAD

Quienes nos habíamos resignado a admitir el triunfo del principio de igualdad sobre el de libertad detectamos síntomas que nos permiten confiar en que no se ha perdido todo todavía.
Son solo chisporroteos esporádicos aunque evidencian que la libertad, generadora de la diversidad individual, aún no ha sido apagada por la igualdad, empeñada en que todos los hombres sean modelos idénticos de un prototipo trucado.
Puede que lo que los optimistas consideremos indicios de algo en lo que confiamos sea solo el reflejo imaginado de un palmeral y no se concrete en el oasis deseado, pero la ilusión ayuda a seguir caminando.
Indicios recientes de que no todos somos iguales:
a) Israelíes y palestinos han acordado intercambiar prisioneros: mil y pico palestinos por un israelí.
b) Se ha organizado un alboroto tremebundo porque el político catalán Josep Antoni Duran Lleida ha dicho que los que cobran el PER en Andalucía se lo gastan en las tabernas.
Lo primero evidencia que un palestino es diferente de un israelí puesto que en una operación de intercambio ha quedado fijado que el valor de un palestino es menos de la milésima parte del de un israelí.
Lo que ha dicho Durán Lleida es igual o muy parecido a lo que sostienen en sus conversaciones desde hace años los propios andaluces.
Uno de los más conspicuos andaluces, Don Felipe González, a los pocos meses de enfrentarse a las responsabilidades de Presidente del Gobierno, enumeró la lucha contra el cobro fraudulento del paro en Andalucía y Extremadura como uno de los retos de su gobierno.
Eso debió ser en la primavera de 1984, en el Palacio de la Moncloa, durante la conversación con un grupo de directivos de la agencia efe –entre los que figuraba éste servidor de ustedes--que lo visitaban para hacerle entrega de una cosa absurda que se llamaba “Teletipo rojo”.
Son dos muestras de que la libertad no ha sucumbido todavía al imperio de la igualdad porque, si todos somos iguales, ¿por qué no se cambian mil palestinos por mil israelíes?.
Y, si en conversaciones entre ellos los andaluces admiten que lo del PER es un fraude, ¿por qué se irritan si eso mismo lo dice un no andaluz, aunque sea catalán?.