martes, 15 de marzo de 2016

ESPAÑOLES DIFERENTES

Uno de los innegables aciertos del franquismo fue el lema “España es diferente” de Fraga.
Y no porque la diferencia que prometía el slogan intrigara tanto a los extranjeros que hicieran colas para, como turistas, comprobar que era cierto que España era distinta de los países en los que estaban condenados a residir.
España es diferente, y eso proclamaba el lema de Fraga, porque los españoles no son como los que no son españoles.
Por ejemplo:
Las recientes elecciones en tres de los estados federados de Alemania han evidenciado que existe un creciente sentimiento contra los extranjeros que quieren establecerse en Alemania y, en los Estados Unidos, el xenófobo Trump hunde cada vez más profundamente sus raíces en los electores.
Alemanes y norteamericanos ya residentes se oponen cada vez con más fuerza a la llegada masiva de emigrantes extranjeros.
Para la lógica de los partidos izquierdistas españoles (todos lo son, incluyendo al PP), eso es inconcebible.
Pero no lo es: la llegada masiva de inmigrantes extranjeros perjudica a los pobres y obreros de los países a los que llegan porque suelen trabajar por salarios más bajos que los trabajadores nacionales y, en su mantenimiento, los estados se gastan una parte sustancial de lo destinado a los menesterosos nacionales.
Entonces, ¿a quienes  benefician los inmigrantes?: a los ricos y los empresarios porque, por menos dinero,  los de fuera les hacen lo que deberían hacer los de dentro y, además, protestan menos.
Por eso, entre otras rarezas más, los españoles somos diferentes. Estamos en contra de los que nos beneficia y suspiramos por lo que nos perjudique.

¿Qué podemos hacer con nosotros mismos? Evidentemente, emigrar a algún pais de tontos en el que a los emigrantes los traten con los mismos privilegios con que  los españoles tratamos a los que llegan de fuera.

lunes, 14 de marzo de 2016

HACER Y PENSAR

Ensucien su cerebro los que se lo hayan dejado lavar por los que los han engañado con esa insensatez de que todos los hombres somos iguales y que parece que les va la vida en dividir a la humanidada masculinizándola o feminizándola.
Hay otro ecuador mucho más evidente que el que separa a los chivos de las cabras y a de hombres y mujeres: el de los que diferencia a los que piensan sin hacer  de los que hacen sin pensar.
Pongamos un ejemplo que aclare esa desigualdad: Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, que se ha fijado como objetivo vital deshacer todo lo que Rajoy haya hecho.
Ojo: los rajoys no necesitan para hacer lo que crean que deben hacer a sanchezes que después lo deshagan pero, para los sánchezes, es imprescindible que algún rajoy haya hecho previamente lo que después desharán.
Así que la humanidad no se divide en ricos y pobres, hombres y mujeres, pobres y ricos.
El gran elemento diferenciador, el ecuador que parte por la mitad a la humanidad como separa el sur del norte en el planeta tierra, es el de los hombres-as de acción y los hombres-as de opinión, el de los que hacen y los que piensan.
¿Necesitan los que hacen a los que piensan?
Es evidente que no o, por lo menos, tan poco como los autores literarios necesitan a los crítícos literario,
Los autores pueden seguir escribiendo sin críticos que los corrijan pero, ¿cómo se ganarían los garbanzos los críticos literarios sin autores a los que criticar?
¿Y los policías sin delincuentes?

¿Y los confesores sin pecadores?

domingo, 13 de marzo de 2016

QUEREMOS SABER

Para que sepamos con quién nos estamos jugando las perras, a los españoles se nos debería aclarar:
A) ¿Se ofreció Pedro Sánchez al Rey para formar gobierno?
B) ¿Fue el Rey el que le pidió a Sánchez que formara gobierno?
Dependiendo de la respuesta sabremos si:
1.-Pedro Sánchez fue un irresponsable al ofrecer lo que no estaba en su mano cumplir.

2.-El irresponsable fue el Rey porque demostró que era el único español que ignoraba que Sánchez carecía de garantías de apoyo para ser investido.

sábado, 12 de marzo de 2016

ABURRIMIENTO

Los calvos, todo el mundo lo sabe, son los seres humanos más inteligentes porque tienen que buscarle una utilidad sustitutoria a la cabeza cuando pierde el pelo.
Como a la cabeza le falta su razón de ser al quedarse sin cabellera, la evolución de la especie humana le ha asignado la tarea sucedánea de pensar.
Pero, ¿de qué aprovecha a la humanidad el pensamiento individual si no se contrasta su error o acierto con el de otros seres humanos?
Para eso nacieron las tertulias, un recurso para que diferentes pareceres se expongan y contrasten,  y de la síntesis de teorías opuestas emane la verdad.
Si no fuera por la televisión, ese contraste de pareceres no seria una revolución sino una involución porque supondría una vuelta al ágora ateniense o a las cortes franquistas, en las que los cortesanos podían exponer su pensamiento, dentro de un orden,  y sin que lo que dijeran que pensaban se plasmara en realidades políticas.
Así languidece esta democracia fragmentada en la que los jefes de cada pandilla son los dictadores de sus partidos y expresan sus ocurrencias para que los canales de televisión se las hagan llegar al pueblo.
La eficacia del invento está a la vista: llevan tres meses diciendo lo mismo que habían dicho antes de las elecciones y ni papa se muere ni cenamos: no tenemos  gobierno y, ni siquiera, los dictadores de los partidos hablan entre ellos para transar el precio de la burra.
Bien es cierto que, a la gente que no teme perder los privilegios de gobernar ni espera acceder a la bien retribuida carga del gobierno, el espectáculo es cada vez más entretenido aunque progresivamente cansino.
 Tanto que ya ni los divierte el espectáculo y empiezan a pedir que cambien lo que ya los aburre. Pero no hay acuerdo:
Unos creen que, en vez de tanto hablar, los que quieran gobernar se enfrenten a guantazos unos con otros y que se televisen las peleas
Otros quieren que un dictador general meta en la cárcel a los dictadores parciales y que a los que siempre han obedecido y siguen obedeciendo no las metan en ésta comedia de hacerles creer que son ellos son los que mandan.

El desenlace, dentro de unos siglos, cuando los actuales líderes de los partidos hablen entre ellos para ponerse de acuerdo, naturalmente a espaldas de la gente.

viernes, 11 de marzo de 2016

ATOCHA

  
Se cumplen once años de que unos terroristas moros mataran en Madrid a 191 personas volando con dinamita los trenes en que viajaban y, como cuando aún humeban los vagones, el error del gobierno en la identificación de los autores del crimen sigue dando más que hablar que el atentado y sus víctimas.
Y es que es inexplicable ahora y lo era entonces  por qué el gobierno de José María Aznar le echó la culpa de la catástrofe a ETA, unos independentistas vascos que, hasta entonces, nunca habían recurrudo a la violencia.
Los moros, sin embargo, ya se sabía que la liarian a tiros en Paris, Nueva York, Londres, Siria y en cualquier otro sitio en el que, como en Atocha, los dejaran matar a no moros o a moros que no les gustaran.
Esas dudas tienen una explicación maliciosa: que a los adversarios políticos españoles de Aznar  les preocupaba más cómo librarse de su gobierno y de su Partido Popular que los muertos en la tragedia.
Aznar y su ministro Acebes también fueron culpables porque, tan obsesionados estaban en impedir crímenes de los más frecuentes criminales de ETA, que dejaron de vigilar a criminales en potencia como los moros hasta que las muertes de Atocha los forzaron a vigilarlos.

Por lo demás, España sigue igual, como aquél gobierno del Partido Popular de Aznar, el actual de Rajoy sigue siendo para los socialistas el principal y único enemigo de España y de los españoles.

jueves, 10 de marzo de 2016

PROMISCUIDAD

Nunca podrá agradecer el hombre a la promiscuidad lo que debe a esa práctica que en la democracia tiene tan buena fama en España como mala la tuvo en tiempos del Invicto.
En general, promiscuidad procede de dos términos latinos: pro y miscere. El primero indica una predisposición a algo y, el segundo, es el verbo “mezclar”,  por lo que promiscuidad quiere decir estar a favor de la mezcla, de que los chivos se junten con las cabras.
Sin promiscuidad y sin incesto, ese entretenimienton que solo se juega en familia, el hombre hubiera durado sobre la tierra un cuarto de hora porque nos enseñaron que Dios hizo a Adán y Lilith, su primera esposa, de barro.
Y, como Lilith reclamaba el derecho que le daba la igualdad que le otorgaba su unidad de oritgen con Adán, se escapó a Mesopotamia para hacer con los ángeles caidos lo que Adán no le permitía: hacerlo en posturas distintas a la cansina misionera.
Así que Dios modificó el procedimiento y decidió que haría a Eva tomando como materia prima no el barro´, sino una costilla de Adán. Era una manera de sentenciar que, como la mujer procedía del hombre, al macho debería someterse.
El entonces presente de la humanidad se convirtió en futuro gracias a que la mujer sometida tuvo con el hombre sometedor dos niños: Abel y Caín.
Pero ni una niña. Ya me dirán ustedes cómo, sin promiscuidad ni incesto podrían haber enseñoreado con sus descendientes el mundo que Dios les había regalado para que lo poblaran.
La promiscuidad fue la razón y la causa de muchas disputas posteriores y, sin promiscuidad, las radios y telenovelas no habrían tenido razón de ser ni provocado los mares de placenteras lágrimas de televidentes y radiooyentes.
¿Y en los momentos actuales, en los que los españoles vivimos sin vivir en nosotros mismos porque no tenemos gobierno, qué sería de España sin promiscuidad y enviciados en el incesto?
Porque los partidos políticos españoles solo se juntan con los que sean de su misma sangre ideológica y está mal visto que, comprometido con un partido particular, tenga un desahogo con otyro distinto.
Afortunadamente, los del PSOE sospechan que los de Ciudadanos les están o podrían estar poniéndoles tachito con otros y los de Ciudadanos temen que los del PSOE traman coronarlos con la cornamenta de un venado cincuentón.
Y es que la promiscuidad, al fin y al cabo, no es lo mismo en la vida política y en la privada, en la que es a veces un estímulo para eternizarla.

Los celos, que pueden hacer añicos a la pareja mejor avenida, también pueden anteceder a esos momentos de ardorosa conjunción en los que se suelda con más consistencia el tiesto agrietado.

miércoles, 9 de marzo de 2016

LA CORRUPCION

La gente es buena porque es inocente o es inocente porque es buena. Sea por una cosa o por la otra, los españoles de hoy en día parecen tan inocentes como si les faltara un cuarto de hora para nacer y todavía no se hubieran dado cuenta de cómo es el mundo al que están a punto de llegar.
Lo demuestra que están convencidos de que Mariano Rajoy es Alí Babá, que formó una asociación de beneficios mutuos con sus cuarenta ladrones para quedarse con todo lo que era de otros porque todavía no era de ellos.
Pues no. Ni Rajoy ha inventado lo de quedarse y repartir con los suyos lo que es de otros ni eso de meter la mano en bolsillo ajeno acredita a Rajoy como el primer carterista de la Historia.
En tiempos en los que los que los que entonces mandaban hacían lo que se sigue haciendo lo que hacen los que mandan ahora, al gobernador civil de ésta mi provincia de Córdoba le dio por nombrar alcalde de mi pueblo a un señorito que ofreció a su agradador o achichincle donde quería que lo colocara.
“Pos mire uste, señorito”—le respondió el achichincle—“póngame usté donde haiga”.
Así que Rajoy, un señor siempre encorbatado, que habla fino y no dice nunca ni una palabrota, es y parece un señorito tradicional del que nadie se puede imaginar que haga algo distinto de lo que siempre se ha hecho: pone a sus agradadores donde haiga.
Y sus achichincles hacen lo que siempre han hecho los agradadores que, en premio a reirle los chistes a su señorito, se han podido forrar impunemente.
Pero en éstos tiempos de ingenuos demócratas, los que aspiraban a hacer lo que hace el agradador como premio a haber sido achichincle del que puede repartir lo que no es de nadie porque es de todos, llaman corrupción a esa eterna realidad.

Como si, de pronto, alguien creyera que ha descubierto el agua porque le han dicho que su fórmula química es H2O.