martes, 29 de octubre de 2019

PARECER NO ES SER


   Si fuera lo que sugiere, bueno.
   Pero lo que parece no es lo que los incautos creen y los tunantes hacen creer.
En definitiva, que el candidato al que prefieran más votantes no será necesariamente el mejor presidente del gobierno de los que aspiren al cargo.
    Eso de las elecciones es un sistema tan eficaz como el de los augures de antaño para saber si el que aspira a ser electo desempeñará el cargo con eficacia.
    Si tan de fiar era el método de los antiguos como es el de las elecciones modernas, ¿por qué no se destripa una paloma (rata con alas) para confirmar que un determinado aspirante a gobernar sería un asno borracho si lo hiciera?
    Porque de la martingala electoral chupan del bote más que miles millones, y un palomo lo compras por poco más de un real, naturalmente de los que, en los felices tiempos pasados, te sobraba para comprar un haiga).
Un haiga o un manojito de violetas.


SEDA O YUTE


El politiqueo es una actividad que ejercen y de la que se beneficia una minoria pero en la que, unos como espectadores y otros como actores, participan todos.
   ¿Y el que no vote?
--Sufre las mismas consecuencias de las trapisondas que van a cometer los que lo eligieron, una vez les den la llave de la caja fuerte.
--Y entonces ¿qué?
--Pues que, como siempre tiene que haber quien mande a los que obedezcan, lo mejor es que ordene lo que le aconseje su santa voluntad, sin andarse con esas pamplinas de que gobierna porque los que están obligados a obedecerlo así lo decidieron.
--Pero es más bonito eso de que el pueblo manda y delega el ejercicio del mando en quien ha merecido su confianza para gobernar.
    --Eso es tan bonito como lo de que las cigüeñas traen colgado de su largo pico el blanco pañuelo anudado del que pende el que ha de nacer.
    --¿Y no es eso más bonito que hablar de los berridos y aullidos de dolor de la madre por los sufrimientos del parto?
    --Bonito es lo que al verlo agrada (pulchra sunt quae visa placent) así que, ¿por qué no vamos vendar la herida con paño de seda en vez de con arpillera de yute?


sábado, 26 de octubre de 2019

PAZ A LOS MUERTOS


Lo de morirse es una manía que las personas tienen desde que el primer hombre (mujer o anfibio) llegó a cuarenta años de edad, chispa más o menos.
   Hay opiniones para todos los gustos sobre qué hacían los que sobrevivían al muerto con el cadáver del difunto.
   Pero había casos en los que hasta se lo comían, como simbólicamente hacen desde hace dos mil años, más o menos, los que confían en que todo el que muere resucita tiempo después.
   (No han aclarado los que confían en la resurrección de los muertos si la parte comida y asimilada por un caníbal le corresponde en propiedad al devorado o al devorador).
    Asunto como el de las postrimerías de hombre (qué pasa con lo que resta de lo que fué y no es) es poco grato de tratar porque hay hasta quien asegura que tiene mal fario.
    ¿Y al que se le ocurra desenterrar a un muerto que lleva años enterrado en un lugar para llevar sus restos  para reenterrarlo en otro sitio?
    Pues, como todos somos diferentes porque nadie es igual que otro, que sus restos, cuando las vida le falte, descansen en paz y sin miedo a que los lleven de un lugar a otro.

viernes, 25 de octubre de 2019

A VERLAS VENIR






Hay una variedad literaria que se basa en la narración o descripción de situaciones o paisajes más que improbables, imposibles.
Un suponer: cuando haya pasado el tiempo preceptivo, el alma siempre atormentada de los españoles alcanzará la catarsis.
¿Y eso, qué es? ¿Es bueno o es malo?
Pues, chispa más o menos, es la purificación de las pasiones resultantes de las emociones y exaltaciones que te han tenido con las testes en la glotis.
O, para entendernos: que la angurria que te atocina revienta al darte cuenta de  que, por poquito, la diñas por culpa de la corná de un toro.
Y esa catarsis, ¿servirá para que puedas comprar por cinco euros el oro, el moro y la combinación informática que te permite abrir la caja fuerte que guarda el tesoro?
Y eso . ¿a qué viene?
A que, ya transterrado Franco, a ver a qué le echan la culpa de sus inepcias los gobernantes.
--Gobernantes por elección democrática popular.
--Se nota. Porque el pueblo, aparte de balar, tirarse ventosidades y escurrir el bulto, no sirva para gran cosa.

miércoles, 23 de octubre de 2019

CREER LO MISMO

 

  Gracias a éste invento de la informática uno, que se vuelve loco media docena de veces al dia porque no recuerda donde dejó las gafas, se ha topado con esta babosada difundida en mi panfleto informático “Entre Andorra y Gibraltar” el 5-12-2012. Ya ha llovido.  


 Aunque parezca mentira, queda entre Andorra y Gibraltar algún que otro ciudadano que no vota al PP, al PSOE, ni a nadie.
   Hay quien, sencillamente, no vota.
    No se le debe considerar un irresponsable, porque presenta anualmente la Declaración de la Renta desde que la hizo aprobar el voluble Paco Fernandez Ordóñez, al que durante todo un vuelo entre Madrid y Nueva York lo oí criticar la inepcia de su antecesor en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
   Cumple, pues, con obligación que más interesa al Estado, la de pagarle.
   Ese ciudadano, que no vota porque no quiere, ha tenido ocasión de tratar a bastantes políticos nacionales y extranjeros y, porque los conoció, a pocos de ellos le compraría lo que le ofrecieran como una ganga.
   Alguno que ha renunciado gustosamente al placer de votar llegó a lo que un redicho llamaría “la cúspide de su carrera” en una empresa del estado con un gobierno del PSOE, de la que lo echaron con uno del PP.
   Ni por agradecimiento se ha sentido nunca inducido a votar al PSOE ni, por despecho, lo ha hecho contra el PP.
   Además de porque no le da la gana, no vota porque los políticos logran su condición de candidatos por lealtad a la burocracia de sus partidos y no porque sean los mejores para los votantes.
    Y no los vota, además, porque seguimos, de hecho, en un régimen dictatorial, aunque no de dictadura personal.
   A la muerte del Dictador, el poder que perdió con la vida y al que se había aupado por la fortuna con que lo favoreció la guerra, la mayor parte de los ciudadanos se creyeron que el pueblo recuperaría el poder que el Dictador usurpó.
   Hay quien no vota porque el Poder del Dictador lo monopolizan ahora, compartiéndolo entre ellas, las burocracias de los partidos, que ni siquiera tuvieron que ganar una guerra para quedárselo.
   Y, además, porque no confiaría ni en sí mismo, que es a quien mejor conoce, si le prometiera que va a resolver los problemas de otros.
   Tan reacio a dar consejos suele ser el no votante como a votar, así que si a alguien le entretiene, que vote cada vez que pueda. De nada sirve, pero tampoco cuesta mucho.
    Pero que tenga en cuenta que su participación en una elección, aunque sea blanco el voto que deposite, implica su aceptación de todo el proceso y de su resultado, aunque el electo no haya sido el candidato al que dio su voto.
   Quejarse del gobernante en cuya elección se tomó parte es mayor trivialidad que extrañarse de que los gatos maullen, en enero, en los tejados.

lunes, 21 de octubre de 2019

CALIDAD Y CANTIDAD


Lo han visto estos ojos a los que la bondad divina le permite todavía apreciar el brillante ropaje de las aves, la bruma en la que se funden tierra y cielo en el lejano horizonte, el rizo acompasado de las olas en el azul sin fin.
--¿Y qué han visto? ¿qué han visto?
Pues han visto, naturalmente a través de la televisión, cómo la policia de Barcelona persuadía a un motorista que circulaba legalmente por una calle a que diera la vuelta y se fuera con la música otra parte.
--Sus razones tendrían los agentes.
--Desde luego, que por la calzada, y en sentido contrario al del motorista, avanzaba una masa de manifestantes haciendo real su derecho democrático de manifestación.
--Pero los manifestantes tendrían autorización para expresar su derecho a la protesta ocupando la calzada por lo que, en ese caso, su derecho prevalecería sobre el del motorista.
--¿Qué derecho?
--El democrático derecho que sustenta la democracia: que siendo todos iguales, mientras más ciudadanos digan que de noche sale el sol, más brillará el sol a medianoche.
--“Llegaron los sarracenos/ y nos molieron a palos/que Dios ayuda a los malos/ cuando son más que los buenos”.
Las reglas de la democracia que tan gustosamente aceptó el motorista. 

sábado, 19 de octubre de 2019

MALOS Y BUENOS


Hasta ahora eran los partidos políticos el cauce por el que la voluntad popular discurría hasta hacer llegar y distribuir en la sociedad el beneficio del esfuerzo concertado.
Hasta ahora.
A partir de ahora, y si triunfa el nuevo modo organizativo que se está experimentando en Barcelona, serán las minorías más audaces y violentas las que dicten a las mayorías los términos de su obediencia.
La nueva forma de relacion entre líderes que dirijan y masa que obedezca es una variante más de las innumerables que a lo largo de la historia han regulado las relaciones humanas.
Siempre mandaron los más fuertes e inteligentes y siempre obedecieron los más apocados y menos emprendedores.
Como, según la leyenda bíblica, pasó con los primeros humanos sobre la tierra:
El irritado y amargado Cain mató al satisfecho y beatífico Abel.
Siempre ganan los malos, los que por no tener lo que otros tienen matan a los buenos, que  tienen lo que ellos envidian.
¿Y qué es la envidia sino el más eficaz combustible para la máquina del progreso?