martes, 12 de enero de 2016

LA HISTERIA CATALANA

La histeria es una dolencia vírica que se hace epidémica en sociedades entrenadas para aceptar como verdad las mentiras que quien manda les dice.
¿Y quien manda en la España actual tanto como para que sus mentiras interesadas se acepten como verdades altruistas?
La televisión, la prensa, las emisoras de radio y las redes informáticas, cuyos dueños contratan a portavoces que  se hacen influyentes porque su influencia es directamente proporcional a la popularidad derivada de su portavocía.
La histeria que desencadenan es tan reversible como esos ropones que protegen tanto del frío como de la lluvia: basta con darle la vuelta para que lo que protegía de la lluvia proteja del frío.
Ahí tienen lo de Cataluña: hasta anteayer y desde años antes de que Franco muriera, las ansias independentistas de Cataluña coincidían con lo que a toda España le convenía.
Ahora, y desde que los deseos independentistas se acercan imparablemente a una realidad cierta, la independencia de Cataluña no beneficia a España, sino que la perjudica.
Puede que lo peor de esa supuestamente inminente secesión sea todavía más  dañino que lo peor pronosticado, y puede que con pasaportes diferentes, catalanes y españoles sigan padeciendo los mismos contratiempos que con pasaporte común.
Un indicio: un chino rico disfruta de los mismos privilegios que un andaluz rico y a un futuro catalán pobre le durará tanto el mes como a un español pobre.

Y es que, se llame espada o sword, ambos sirven para matar y se llame bread o pan, los dos sirven para meterle chorizo en medio y convertirlo en bocadillo de chorizo.

domingo, 10 de enero de 2016

EL FIN DE ESPAÑA

El pico de la montaña no flota sobre la niebla, aunque eso parezca.
Invisibles, laderas cada vez más empinadas que arrancan en las profundiades del valle se fueron verticalizando hasta encumbrarse sobre el gollete neblado.
El pico del monte de la independencia catalana, que constante y discretamente lleva siglos empinándose, es hoy Carles Puigdemont, al que han designado para que culmine lo que unos empezaron y otros no fueron capaces de impedir.
Nace Cataluña y muere España, que la llevó en su seno durante un embarazo de cinco siglos, plagado de síntomas abortivos.
Cataluña empezó su nacimiento definitivo al mismo tiempo que España se empecinó en su suicidio penitencial:
En 1975, al enviudar de un general al que todos odiaban en cuanto dejaron de temerle, se amancebó con La Transición, una fantasía asexual que prometía la felicidad si se hacía lo contrario de lo que habían hecho bajo el general.
Se sustituyó la España UNA del general por 17 regiones y dos ciudades autónomas, cada una de ellas dotadas del germen de la singulardad protoindependentista.
Se multiplicó por 17 el gasto, la burocracia y las ambiciones políticas del Estado y una ley electoral suicida invitó a partidos independentistas a prestar apoyo político a partidos nacionales en apuros, a cambio de cesiones soberanistas.
El mimetismo contagió a todas las regiones españolas para reclamar la autonomía concedida a vascos y catalanes durante la calamitosa república, y el fraccionamiento de objetivos e intereses minó la cohesión del pais.

Se acabó España, pero ha terminado democráticamente. Su final democrático absuelve su larga existencia dictatorial. Que sirva de ejemplo a otros pueblos.

viernes, 8 de enero de 2016

GOBIERNO EN FUNCIONES



No hace ni un mes que el gobierno dejó de gobernar y ésta España es ya un quilombo sin cafiche, en el que la luz de los carburos saca brillo malevo a la hoja de las facas.
¿Qué cabe esperar depués de que alguien llame desecho a otro?
¿Qué maldad podrá idear el otro para ofender equitativamente al alguien?
¿Y por qué este vivo sin vivir en mí que es un gobierno que gobierna sin que se note, que dice jesús cuando alguien estornuda  pero no le da una aspirina para evitar que se resfríe?
Todo consecuencia de ese amagar y no dar que es la apodada democracia, en la que el que manda pide perdón por mandar, y culpa de las injusticia de sus decisiones a los que las sufren, porque fueron los que lo obligaron a mandar.
Y es que estos pusilánimes de la democracia, que mandan porque les mandan que manden y piden perdón si lo que mandan le molesta a alguien, no sirven para  lo que el Destino los predestinó: mandar cruel, implacablemente, sin preocuparse porque sus decisiones puedan costarle el cargo.
Que emulen  a José Pinheiro de Azevedo, el almirante sin miedo que, siendo primer ministro de Portugal, declaró en huelga a su gabinete y mandó ¡a merda! a los manifestantes que lo tildaban de fascista.
Con políticos así, a ver qué futbolista tiene cuajo para llamar desecho a su colega.

martes, 5 de enero de 2016

EL HOMBRE, ESE ORNITORRINCO



Dicen que el hombre es el menos bicho de los animales porque sospecha que no es verdad todo lo que verdad parece.
Por eso, solo se convence de que lo que le han dicho es cierto cuando su experiencia personal se lo demuestra.
Así que el hombre anda siempre en una duda permanente.
Hasta que su experiencia personal le ha demostrado que la teoría darwiniana de la evolución es un camelo, no ha llegado a la conclusión de que lo contrario de lo que predicaba Darwin es la verdad: el ser humano es producto de la involución.
El hombre, como especie, nace tan desdentado como un ornitorrinco y, al final de su vida transitoriamente provista de dientes, vuelve a su condición natural de desdentado.
Para no tener que madrugar viajando a Australia a estudiar el ornitorrinco, estudiemos al ser humano que abunda hasta en Europa: nace sin dientes y sin ellos muere. ¿Es tan hombre al nacer como al morir, o solo lo es durante ese intermedio en el que, gracias a los dientes exhibe esa sonrisa tan fotogénica?
Si la dolorosa experiencia que es la vida sirve para comprender la verdad, el hombre es un mamífero desdentado al principio y al final de su existencia, con un período intermedio en el que pasajeramente está dotado de dientes.

lunes, 4 de enero de 2016

NIÑOS: LIBERTAD TUTELADA

Dice la gente, y la gente no se equivoca porque voz del pueblo es voz del cielo, que la democracia nos ha devuelto a los españoles la libertad que nos había quitado la Oprobiosa.
Y debe ser cierto porque la gente puede alardear en público de lo que hizo en privado y sin ropa.
También ahora se puede decir en voz alta que el gobierno es un desastre, lo que antes no convenía decirle ni al confesor, y hasta era peligroso pensarlo.
Pero, ¿todos somos más libres con la democracia que bajo el yugo de la dictadura?
No.
Por ejemplo los niños, que durante la dictadura eran libres, ahora son esclavos. Y es que a los niños de ahora se les entrena para que sean adultos sumisos.
Tienen todos que ir a la escuela pero no para lo que se inventó esa gaita de la escolarización universal, que se ideó como remedio contra la explotación laboral infantil.
Ahora los niños son condenados a la escuela para que sus padres puedan trabajar por cuenta del estado o de los explotadores capitalistas y, a través del trabajo fuera de casa, puedan realizarse.
¿Qué competencia desleal pueden hacer los angelitos de ahora a los adultos, un 25 o 30 por ciento de los cuales están en paro?
En tiempos de la oprobiosa, los niños teníamos tiempo de sobras para no aburrirnos. Bastaba con que los niños clavaran un trevesaño corto en un palo más largo, y ya teníamos una espada con la que descalabrar a los incautos.
¿Y aquéllas recatadas niñas que ya se se entrenaban para la suprema condición de madres, acunando un gurruño hecho con una naranja por cabeza y la deshilachada bufanda por pañales?
Éramos criaturas libres porque nuestra imaginación era espontánea  y veíamos en el más miserable charco un océano ilimitado.
Ahora, la imaginación es innecesaria. A los cachivaches que se pagan con el dinero que sobra, solo les falta cargarse al compañero de juego para que dejen de ser un juguete y las reproducciones de bebés que acunan las niñas hasta se mean.
Eso sí: no es necesaria la imaginación porque la disciplina ha sustituido a la libertad.
Como descanso tras la metódica obediencia a los maestros y para que sigan sin molestar a sus padres hasta que salgan de sus trabajos, los niños son pastoreados por monitores inflexibles que les mandan cómo jugar al futbol, dibujar, tocar eficazmente la guitarra o acatar las reglas del karate.
Niños sumisos, precursores de adultos obedientes.


domingo, 3 de enero de 2016

UNA HUMANIDAD AFORTUNADA


Se da el caso, como hemos comprobado en numerosas películas, en que a un meteorito autónomo le da por estrellarse contra la tierra y los efectos de ese capricho desencadenan las consecuencias por todos conocidas:
Lo mismo pueden los humanos hasta entonces de carne y hueso pasar  a ser de chapa y cables, que a utilizar la nariz para comer y la boca para oler.
Pero no es lo habitual. Por lo general, los hombres de mañana serán lo que son los niños de hoy, aunque con menos pelo y más panza.
¿Y que serán los hombres de mañana si siguen entrenándolos como los entrenan ahora que todavía son niños?
Evidentemente, cocineros.
Como la experiencia ha demostrado, la televisión, esa cadena de montaje de los autómatas del futuro que serán los hombres, no refleja la realidad de la sociedad del momento, sino que proyecta la humanidad del porvenir.
Cándidos niños e ingenuas niñas compiten permanentemente en la televisión por conseguir  el aplauso de sus domadores, que los incitan  a preparar platos que, una vez degustados, los hará caer en el pecado de la gula.
Deberían suprimir esos programas destinados a convertir a la humanidad en la piara de Epicuro y sustituirlos por otros que ensalcen la poética dulzura del espíritu humano.
Por ejemplo:
Un grupo de niños con uniforme de marineritos cantan con sus atipladas voces.
“Qué lindas trenzas tienes, carabí,
¿Quién te las peinará,
carabí ruri carabí rura”?
Y el coro de angelicales niñas con blusas color carmesi y vaporosas faldas de encaje color hueso responde:
“Las peinará mi madre, carabí
con peine de cistal, carabí ruri carabí rurá”…

Preludio de una humanidad afortunada.


sábado, 2 de enero de 2016

PEDRO SANCHEZ Y SANSON

El actor Victor Mature murió en 1999 pero resucita cada vez que se aproxima alguna fecha conmemorativa de episodios de la cultura judía que, como cristianos, hemos heredado.
Para que lo identifiquen los que fueron obligados a cambiar la historia sagrada por la educación cívica, Mature es el sutil intérprete de Sansón en “Sansón y Dalila”” imprescindible en las vecindades de la Semana Santa.
(Una vez retirado del cine Mature se estableció en Chicago y acudió a inscribirse en un club de golf, que lo rechazó porque en sus estatutos prohibía la admisión de cómicos (show business people).
“Tengo varios tomos en los que se recopilan las críticas que he recibido en mi vida, afirmando que no soy actor”, replicó el aspirante a  golfista.
Pues la historia de Victor Mature, en su faceta de intérprete de Sansón, podría y debería invocarla en provecho propio Pedro Sanchez, al que los resultados  de las últimas elecciones han encadenado a la columna del quiero y a la del no puedo.
Si Sansón-Victor Mature entregó gustosamente su vida para liberar a su pueblo, ¿por qué los españoles no sacrifican su bienestar para que Pedro Sanchez sea feliz?
En tiempos épicos de héroes solitarios que servían a su pueblo quitándose de en medio para no estorbar su bienestar, eso sería posible.
Pero pedir a un pueblo como el español que sufra para que uno de ellos disfrute es demasiado.

Esta es la era del do ut des, que traducido libremente quiere decir que la tía María tiene tocino pero, como es de ella, es para ella.