jueves, 10 de marzo de 2016

PROMISCUIDAD

Nunca podrá agradecer el hombre a la promiscuidad lo que debe a esa práctica que en la democracia tiene tan buena fama en España como mala la tuvo en tiempos del Invicto.
En general, promiscuidad procede de dos términos latinos: pro y miscere. El primero indica una predisposición a algo y, el segundo, es el verbo “mezclar”,  por lo que promiscuidad quiere decir estar a favor de la mezcla, de que los chivos se junten con las cabras.
Sin promiscuidad y sin incesto, ese entretenimienton que solo se juega en familia, el hombre hubiera durado sobre la tierra un cuarto de hora porque nos enseñaron que Dios hizo a Adán y Lilith, su primera esposa, de barro.
Y, como Lilith reclamaba el derecho que le daba la igualdad que le otorgaba su unidad de oritgen con Adán, se escapó a Mesopotamia para hacer con los ángeles caidos lo que Adán no le permitía: hacerlo en posturas distintas a la cansina misionera.
Así que Dios modificó el procedimiento y decidió que haría a Eva tomando como materia prima no el barro´, sino una costilla de Adán. Era una manera de sentenciar que, como la mujer procedía del hombre, al macho debería someterse.
El entonces presente de la humanidad se convirtió en futuro gracias a que la mujer sometida tuvo con el hombre sometedor dos niños: Abel y Caín.
Pero ni una niña. Ya me dirán ustedes cómo, sin promiscuidad ni incesto podrían haber enseñoreado con sus descendientes el mundo que Dios les había regalado para que lo poblaran.
La promiscuidad fue la razón y la causa de muchas disputas posteriores y, sin promiscuidad, las radios y telenovelas no habrían tenido razón de ser ni provocado los mares de placenteras lágrimas de televidentes y radiooyentes.
¿Y en los momentos actuales, en los que los españoles vivimos sin vivir en nosotros mismos porque no tenemos gobierno, qué sería de España sin promiscuidad y enviciados en el incesto?
Porque los partidos políticos españoles solo se juntan con los que sean de su misma sangre ideológica y está mal visto que, comprometido con un partido particular, tenga un desahogo con otyro distinto.
Afortunadamente, los del PSOE sospechan que los de Ciudadanos les están o podrían estar poniéndoles tachito con otros y los de Ciudadanos temen que los del PSOE traman coronarlos con la cornamenta de un venado cincuentón.
Y es que la promiscuidad, al fin y al cabo, no es lo mismo en la vida política y en la privada, en la que es a veces un estímulo para eternizarla.

Los celos, que pueden hacer añicos a la pareja mejor avenida, también pueden anteceder a esos momentos de ardorosa conjunción en los que se suelda con más consistencia el tiesto agrietado.

miércoles, 9 de marzo de 2016

LA CORRUPCION

La gente es buena porque es inocente o es inocente porque es buena. Sea por una cosa o por la otra, los españoles de hoy en día parecen tan inocentes como si les faltara un cuarto de hora para nacer y todavía no se hubieran dado cuenta de cómo es el mundo al que están a punto de llegar.
Lo demuestra que están convencidos de que Mariano Rajoy es Alí Babá, que formó una asociación de beneficios mutuos con sus cuarenta ladrones para quedarse con todo lo que era de otros porque todavía no era de ellos.
Pues no. Ni Rajoy ha inventado lo de quedarse y repartir con los suyos lo que es de otros ni eso de meter la mano en bolsillo ajeno acredita a Rajoy como el primer carterista de la Historia.
En tiempos en los que los que los que entonces mandaban hacían lo que se sigue haciendo lo que hacen los que mandan ahora, al gobernador civil de ésta mi provincia de Córdoba le dio por nombrar alcalde de mi pueblo a un señorito que ofreció a su agradador o achichincle donde quería que lo colocara.
“Pos mire uste, señorito”—le respondió el achichincle—“póngame usté donde haiga”.
Así que Rajoy, un señor siempre encorbatado, que habla fino y no dice nunca ni una palabrota, es y parece un señorito tradicional del que nadie se puede imaginar que haga algo distinto de lo que siempre se ha hecho: pone a sus agradadores donde haiga.
Y sus achichincles hacen lo que siempre han hecho los agradadores que, en premio a reirle los chistes a su señorito, se han podido forrar impunemente.
Pero en éstos tiempos de ingenuos demócratas, los que aspiraban a hacer lo que hace el agradador como premio a haber sido achichincle del que puede repartir lo que no es de nadie porque es de todos, llaman corrupción a esa eterna realidad.

Como si, de pronto, alguien creyera que ha descubierto el agua porque le han dicho que su fórmula química es H2O.

martes, 8 de marzo de 2016

ACHICHINCLES

   El diccionario define achichincle como “persona que acompaña a otra de forma incondicional, adulándolo y obedeciéndolo en todo”.
Hasta ahora, quizás por falta de necesidad en España, país de insolidarios e individualistas, solo había oido la expresión achichincle en mis siempre añorados (por joven y porque sí) tiempos mexicanos.
Y es que no sólo por el “trámite administrativo abreviado”, conocido por mordida, se está mexicanizando España.
Ahí tienen a Pedro Sanchez, que dice que no va a verse con Rajoy sin su achichincle,  Albert Rivera que, tan estupendamente rie los chistes de los socialistas andaluces, que le es indispensable para que se los ría en la Moncloa.
Se contaba  en mi remota infancia andaluza de  un señorito de escopeta, puta y perro que, hasta a cagar, se hacía acompañar por su achichincle, en el diccionario socio-laboral andaluz “agradador”.
Se trataba de convencer a una tácticamente reacia hembra para que accediera a calmar los ardores viriles del señorito:
--Soy fulanito, el de las tierrecillas de la sierra”
--¿”Tierrecillas?”, se escandalizaba el agradador. “Un cortijo más grande que una provincia”.
--¿”El de los becerros”—preguntaba ella—“que se les escapan a los caballistas”?
--“El amo de la ganadería más grande de España”, corregía el agradador.
El señorito, en un intento de moderar los ditirambos de su achichincle, carraspeó una tosecilla.
“¿ Tiene gripe”?, se interesó la pretendida.
--Solo un resfriaillo”, la tranquilizó el prtendiente.
--”¿Un resfriaillo”—lo corrigió el agradador—“Una tuberculosis de caballo”.
Así, cuando Sanchez le pida a Rajoy que le preste los votos que son suyos y de su partido para sacar a España en el atolladero en que los de Rajoy la han  metido, Rivera saltará:
“¿Atolladero? La ruina más espantosa que ninguna cuadrilla de ladrones  haya causado nunca en ningun sitio”.
Y Rajoy, que es un intransigente al que no le gusta que le mojen la oreja los que van a pedirle ayuda para que les de lo que le dieron los que confiaron en él, se negará a satisfacer a Sanchez y a su achichincle Rivera.
“Si ya te dije”, murmurará Sanchez a su agradador al final de la entrevista, “que con éste tío se pierde el tiempo pidiéndole que nos ayude a salvar de él a España”.
----------------
Esa es la vesión aceptada por los observadores políticos rutinarios sobre por qué Sanchez y Rivera, como Tip y Coll, Pili y Mili, Roberto Alcázar y Pedrin, nunca se separan el uno del otro.

Pero la verdad de verdad, dicen los que mejor los conocen, es porque temen que, si dejan al otro a solas, el uno podría traicionarlo y pactar a sus espaldas.

lunes, 7 de marzo de 2016

TRUMP Y LOS OBREROSD






¿Qué diría un sutil dirigente de Comisiones Obreras o de la UGT españolas si se enteraran de que los sindicatos norteamericanos no saben si apoyar como siempre al candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, al terrible republicano Donald Trump o no respaldar a ninguno?
Evidentemente, dirían que todos los norteamericanos, republicanos o demócratas, son fascistas pese a que los trabajadores de los Estados Unidos derrotaran al fascismo-comunismo alemán, soviético o chinomaoista.
Pues las dudas de los principales dirigentes sindicales norteamericanos respecto a apoyar a la demócrata Hillary Clinton o al republicano Donald Trump es lo que relata hoy el periódico de Washington “The Examiner”.
   Hay que aclarar que los dirigentes sindicales norteamericanos defienden los intereses de los obreros que les pagan cuotas periódicas para que lo hagan, por lo que no se proclaman representantes de los trabajadores en general, como pasa en España, sino exclusivamente de sus afiliados..
Los sindicatos norteamericanos compiten entre ellos, mientras que los españoles colaboran para presionar al gobierno y así  mantener o recuperar subvenciones y concesiones estatales, su principal fuente de ingresos.
La actitud de la dirigencia sindical española frente al gobierno al que le toque administrar los recursos del estado es sumisa si les da lo que piden o beligerante si se resiste a dárselo.
Coinciden los sindicatos españoles con los norteamericanos en que ambos procuran contentar al que les pague, sean los obreros o los gobiernos.
“Ha hecho todo lo que ha podido para que se contrate a trabajadores sindicados”, dice de Trump Richard Sabato, presidente del sindicato de construcción civil.
“Respaldamos a Trump”—añadió—en su lucha contra la inmigración ilegal.
El de su oposición a la inmigración de inmigrantes sin calificación laboral equiparable a la de los trabajadores norteamericanos es determinante en el apoyo o la neutralidad  de muchos de los dirigentes sindicales en la defensa de los intereses de los afiliados.
Una consecuencia inmediata de la masiva entrada irregular de extranjeros en Estados Unidos es la merma en los salarios de los obreros en situación legal.

Y es que los trabajadores norteamericanos que residen legalmente en los Estados Unidos son obreros privilegiados amenazados por los que trabajan “sin papeles”, que han declarado una nueva lucha de clase, igual pero diferente a la que los sindicatos rojos españoles propugnan: la de los que no tienen contra los que tienen, la de obreros contra capitalistas, pobres contra ricos.

domingo, 6 de marzo de 2016

SANCHEZ Y TRUMP



Lo que ocurrió en las dos sesiones de investidura fracasadas ha evidenciado que lo que no es posible es imposible.
Pero, como no hay dos sin tres, quedan muchas otras sesiones por delante y, en cualquiera de ellas, puede que Pedro Sánchez logre el objetivo de su vida: ser presidente del gobierno de España sin renunciar a su principio ético fundamental: hablar de Rajoy solo para insultarlo, pero sin hablar jamás con Rajoy.
Será ese un final de película rosa para Sánchez porque supondría el triunfo de su principio ético personal: ignorar que existe todo lo que le moleste que exista.
Echemos a volar la imaginación que, como la maledicencia, no deja de aletear una vez arrancado su vuelo:
Supongamos que los americanos son todavía peores que los españoles porque eligen para presidente a Donald Trump, semanas después de que Sanchez sea electo Presidente de España.
¿Cómo se le quedará el cuerpo a Sanchez? ¿Estará dispuesto a hablar con Trump que, por lo que dicen los progresistas que le pusieron la peana a Sánchez, es peor que Rajoy?
Si sus progresistas deciden que el norteamericano es más malo que el español, ¿qué hará Sánchez?
Si el presidente de los Estados Unidos  es peor que el que antecedió a Sanchez en la presidencia del gobierno de España , ignorar que Trump existe no será sufciente..
Ojalá no solo le niegue la palabra a Trump, sino que castigue a los americanos que lo desafiaron al elegirlo, y declare la guerra a los Estados Unidos.
Sería el fin de los milenarios problemas españoles: los Estados Unidos ganarían la guerra, incorporarían a España como Estasdo quicuagésimo primero de la Unión y, de una vez por todas, los españoles seriamos felices al dejar de ser españoles.

sábado, 5 de marzo de 2016

UNANIMIDAD DEMOCRATICA

 Los partidos políticos españoles niegan que son dictaduras sometidas al capricho de su dictador particular, pero lo  ocurrido en las sesiones de investidura los han vuelto a desmentir.
¿Cómo se explica que ni uno solo de los 350 diputados votaran distinto de lo que sus jefes les habían ordenado que votaran para elegir presidente de Gobierno?
Son tan disciplinados estos diputados de la democracia como los sumisos procuradores en Cortes, que obedientemente aprobaban lo que el Caudillo les exigía que votaran.
(Porfirio Muñoz Ledo, ideólogo del presidente de México Luis Echevarría, me dijo en una ocasión que una democracia había llegado a la perfección cuando coincidían los votos de todos los votantes, cuando desapareciera la oposición).
De entre los diputados de las dos sesiones para encontrar presidente de Gobierno para España, los únicos díscolos respecto al resto de sus colegas han sido los del Partido Popular que,  unánimemente se pronunciaron en contra de lo que votaron sus colegas de los demás partidos y,aunque parezca increíble, todos apoyaron a Rajoy.
Todos, excepto los del Partido Popular, coincidieron en que es indispensable en éstos  momentos de parálisis política, echar  a Mariano Rajoy, el jefe de los populares.
Los del Partido Popular por el contrario, del primero al último de ellos, dieron su voto en contra de los demás, porque lo hicieron a favor de lo que su jefe les había mandado que votaran.
No está la economía española para que 350 de sus más preclaros ciudadanos, sus achichincles y turiferarios pierdan el tiempo que tan caro nos cobran a los que les pagamos.
¿Por qué cada grupo no delegó en uno de sis componentes para que votara por todos? 
Los demás podrían haberse dedicado,por ejemplo,a cardar cebollinos.
Y de ese Rajoy, la segunda votación ha confirmado lo que ya evidenció la primera: que es más malo que una riada, peor que una gripe en verano.
A los que nuestra poquedad nos impide ser tan asesinos como aquél terrible Muñoz que, cuando se hartaba de paella decía que había comido cadáveres con arroz, nos gustaría ser tan malos como Rajoy.
Al fin y al cabo, con el mismo mérito que Manolete, pasó a la historia Islero y, al robarle la vida a Robert Kennedy, Sirhan Bishara Sirhan estará siempre unido a la memoria de su víctima.
Apuesto que el siniestro Rajoy trascenderá al bondadoso Pedro Sánchez.


viernes, 4 de marzo de 2016

DORMIR SIN DESCANSAR



Cuando uno ha maldormido nueve horas y al cuerpo le apetece seguir entre sábanas nueve horas más es porque ha dormido mucho pero no ha dormido bien.
Una cena tan parca como cada noche (fruta, tostada y café con lec he) cené anoche.Causa descartada.
¿Algo de lo que había visto, oido, sentido o pensado me maldurmió?
Echando la vista atrás, descubrí que, si algo me había intrigado fué por qué se besaron en los morros Iglesias y Domenech, para que se enteraran urbi et orbi (dativos respectivos de urbs-orbis (ciudad) y de orbs-orbis,(esa pelota que flota en el universo conocida por tierra).
Lo más chocante fue no el beso que, aunque inusual entre varones de antes de la guerra,en los de después de ella se está haciendo cada vez más sospechosamente frecuente.
Como, al menos por su aspecto externo, Domenech e Iglesias son varones, ¿por qué se besaron en los morros,que  está convenido propio de sexos complementarios, el del atributo cóncavo destinado a refugio del atributo convexo?
Tiene que haber sido por esa intrigante escena por lo que, si dormí muchas horas, el sueño de anoche no me alimentó como el de otras noches.
Por si acaso, y si en la sesión parlamentaria de esta tarde se le ocurre a Iglesias morrearse como en la primera de investidura con otro ciudadano de pelo en pecho, ya estoy preparado.
Se bese, se abrace o haga manitas con quien le apetezca, me propongo quedarme como el Braulio: impertérrito.
A mí, como no sea que se salga de la pantalla del televisor y me pille antes de salir huyendo de mi sillón reclinable, ese tío no me besa.