miércoles, 17 de agosto de 2016

AMERICAN INGENUITY

Esta España, que hizo capitanes de imperios a los pillos que se limitaban a  chupar del Estado, acertó al mandarlos lejos y obligarlos a ingeniárselas para sobrevivir.
El ingenio de ingenuity, la cualidad que invocan los norteamericanos como característica de sus gentes.
Porque la ingenuidad de que los americanos se enorgullecen nada tiene que ver con la bobaliconería que una mala traduccion de la palabra sugiere.
Es “ingenuity”, según el diccionario Myriam-Webster,  “la habilidad o talento para diseñar y combinar”.
Como las ortigas precisan tierras porosas en lugares sombríos para crecer, la ingenuity yanqui o el ingenio español brotan cuando nadie te saca las castañas del fuego ni hay subsidios estatales paliativos del hambre.
Puede que ya sea tarde para que los españoles recuerden que todo el que algo te da te exige que le devuelvas ese algo y más,  y que el Estado te roba para devolverte una parte minúscula de lo que se ha gastado en su propio regalo.

Y, como prueba evidente de que para los españoles ingenuidad es sinónimo de alelamiento, suspiran por volver a  ser gobernados por un gobierno con atribuciones para sacarles más cuartos.

martes, 16 de agosto de 2016

ESTADO DE CACHONDEO

No tiene más remedio que haber un virus mental que, como los que provocan enfermedades en el cuerpo humano, desequilibran la razón de los que lo padezcan.
Una investigación inacabada se inició en España durante la dictadura y se interrumpió con la llegada de la democracia porque los fondos estatales que lo financiaban se desviaron a comprobar una teoría revolucionaria: que el individuo es solo el sumando en el resultado de una suma.
En mala hora se estableció que todos los individuos son iguales porque ese dogma estableció que la unidad era solamente la singularidad repetida.
Una consecuencia inevitable fue que si el mayor número de individuos coincidían en que algo era verdad, los que discreparan de la mayoría estaban inexorablemente equivocados.
Pero, ¿y si alguno de los implicados en esa sustitución de la calidad por la cantidad se sintiera defraudado en elecciones para determinar que el que más votos reuniera sería el que mayor parte de la verdad representa?
Tremendo dilema: o el que ganara las elecciones representaría la verdad con más fidelidad que los perdedores o se repetían las elecciones hasta que, en una de ellas, el resultado del recuento de votos fuera acorde a los deseos del descontento.
En esas andamos: Albert Rivera, autonombrado guía de una pandilla conocida por “Ciudadanos”, decidió cuando el resultado de unas elecciones celebradas el año pasado y en las quedo cuarto no le gustó, que si apoyara a uno de los perdedores saldría ganando más que si respaldaba al que había ganado y, por consiguiente, portaestandarte de la verdad votada.
Como ni en democracia ni en la Arcadia lo que no puede ser no puede ser, se echaron otras elecciones y Rivera, en vez de más, consiguió menos respaldo y el que había ganado las primeras elecciones aumentó su respaldo original.
En una interesada conclusión del análisis que debería haber hecho después de su segundo fracaso, el intrépido Rivera ha llegado a la conclusión de que, de perdidos al río, y que si acaba ahogándose, que se ahoguen todos, como se ahogaron las bestias y los hombres que no consiguieron pasaje en el Arca de Noé.

Como alguien no ponga pié en pared, éste estado electoral al que ha degenerado el estado democrático evolucionará a la perfeccion terrenal: El Estado del Cachondeo.

lunes, 15 de agosto de 2016

LA HONRADEZ

Lo cuento como me lo contó mi amigo y colega de France Presse Ramón Lamoneda, al que se lo había contado su padre Ramón Lamoneda, alto dirigenye de UGT:
En los dias previos al inicio de la guerra del 36, había un bulín, lupanar o casa de putas en Ciudad Lineal, en el que a veces concidían cabritos falangistas y sociocomunistas.
Le reprochaban a la madama que admitiera a falangistas y ella, según el padre de Ramón, les replicaba: “La coño es internacional”!
Y es verdad. El pecado a todos nos iguala y no solo el de la lujuria porque, como la historia revelada hoy se encarga de ratificar, dos adversarios políticos como Ramón Rato y Jordi Pujol utilizaron al mismo intermediario para quedarse con la pasta que no era de ellos.
De mi memoria no se borra un incidente del que en mis horas lúcidas me arrepiento y en las oscuras me enorgullezco:
Acababa de ser nombrado  secretario (ministro) de comercio un ciudadano mexicano con el que compartí mesa ese mismo mediodía.
De entre sus cuitas por las responsabilidades que lo esperaban enumeró la de ganarse la confianza de los sectores sociales con los que tendría que negociar y entre ellos mencionó a los empresarios españoles que, confesó, desconocía y me pedía que yo lo pusiera en contacto con ellos.
Fue aquel momento cumbre de mi vida una época en la que había imperiosa demanda de atuneros españoles para faenar en aguas del Pacífico mexicano.
Una llamada telefónica de una persona sensata hubiera sacado de apuros hasta a sus nietos pero a un insensato como yo no se le ocurrió más que decir que no mantenía contacto especial con mis  compatriotas residentes en Mexico.

Si, como ahora sé, hubiera sabido entonces que la honradez es la excepción y no la norma, ahora sería un sinvergüenza rico y no un honrado pobre, o  tonto que es sinónimo de pobre.

domingo, 14 de agosto de 2016

EL RUBICON

El inexorable latido del minutero se acerca a Diciembre y Pedro Sánchez, como Antonio Aguilar, podrá lamentarse de que hace un año tuvo una ilusión.
La gente, cuando se ilusiona con algo que no consigue, hace de tripas corazón, se lía a puñaladas con el primer prójimo que se tope o se sube a una columna solitaria en medio del desierto, como Simón el Estilita.
Pedro Sánchez no. Después de que en diciembre del año pasado fracasara al intentar ser presidente del gobierno de España, volvió a fracasar en Junio y está empecinado en volver a dar la tabarra a los españoles para que lo vuelvan a rechazar allá por diciembre.
Los legionarios de Julio César, cuando sopesaban la conveniencia de cruzar el Rubicón,  que les daría el imperio romano  o la muerte, lo animaron al grito de “Cesar o nada”.  
Pedro Sánchez ya ha intentado atravesar dos veces el Rubicón electoral y sigue decidido a que si no lo logra a la tercera o vigesimotercera, antes de que pasen mil años lo conseguirá.
Pero, ¿y los españoles?
Los españoles, según Sanchez, son como el Rubicón, un río paciente y sufrido que, impasible en la eternidad del tiempo, le da igual que lo atraviesen hoy o dentro de diez siglos.
En conclusion y cuentos o metáforas fluviales aparte: que si los españoles quieren que alguien los gobierne tendrá que ser Padro Sanchez porque a cualquiera que no lo sea, Pedro Sánchez se lo impedirá.

Dejará de respirar antes de permitir que gobierne otro. 

sábado, 13 de agosto de 2016

EL SAMBENITO

Si uno fuera hombre de acción y no de reflexión y si estuviéramos en invierno y no en verano, encabezaría un subversivo movimiento de protesta para ponerlo todo patas arriba.
Y es que hasta aquí hemos llegado los andaluces, a los que solo se nos requiere para que contemos chistes y digamos de vez en cuando “arsa”.
Estan empeñados ahora en Madrid, ese lugar que está al sur de Santander y al norte de Córdoba, en que investiguen las supuestas granujadas de los del Partido Popular en el propio Madrid y en Valencia.
De lo que se trata es de colgar a ese partido y a sus mandamases el sambenito de delincuentes, ese letrero que colocaban del pescuezo a los que iban a ser quemados por la Inquisición, para ver si así deja de ganar el PP tozudamente las elecciones.
Y a mí eso me parece muy bien porque lo mismo que no hay sacrificio más grato a Dios que el de la muerte de un tirano, no hay nada más placentero para los que obedecemos que escupir en los restos del que nos mande.
Pero, ¿por qué solamente al PP que lo malo que haya hecho en Madrid o en Valencia nos importa un bledo a los andaluces?
¿Es que no hay granujas en Andalucía que repartan entre los propios el pastel que quitan a los ajenos?
¿No se están llevando los socialistas la pasta de todos los andaluces no socialistas, para dárselo a los andaluces socialistas?
Aqui, y en mi autorizada opinión, si se empieza a quitar el estiércol de la cuadra, mientras queden cagajones en una esquina, aunque sea la que está al sur de la que queda al norte, la cuadra seguirá hecha un lodazal.
Que le metan mano a los ERES, los cursos de formación, la compra de voluntades para que un voto vaya a una urna y no a otra y que, a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.

Pero una advertencia: no hay que precipitarse porque, si después de tantos siglos dedicados a la maleancia nos hacemos honrados de golpe, nos vamos a encontrar incómodos, como si al mirarnos al espejo viéramos la cara del santo que no somos en lugar de la del granuja que somos todos.

viernes, 12 de agosto de 2016

FELICIDAD ESTIVAL

FELICIDAD ESTIVAL

Que dejen de doblar las campanas para empezar a repicar  y que el muecin anuncie la buena nueva desde su alminar.
En la segunda semana de éste agosto ominoso y espeso se insinúa la brisa redentora que tornará en plácida primavera el metálico verano.
Un primer soplo fue que, por fin, puede que haya gobierno en un tiempo no tan prolongado como lo ha sido el interminable período en el que los españoles han carecido de gobierno que los oprima.
Casi simultáneamente, los olímpicos que en Rio de Janeiro fracasaban al intentar justificar ganando medallas los 46 millones de euros gastados en enviarlos, empiezan a lucirlas en sus recios o gráciles cuellos.
Tiempo memorable este tiempo de la primera decena de agosto.
Como el gallo es nuncio del sol radiante que se insinúa en la raya del horizonte,  éstos días del mes más insoportable son preludio de tiempos plácidos, de una época feliz que durará todo lo que tarde en materializarse alguno de los presagios que se amontonan, para pasar del futuro al presente.
Pero, como recomendaba hace ya seis siglos Juan del Encina, “ Hoy comamos y bebamos y cantemos y holguemos, que mañana ayunaremos”.


miércoles, 10 de agosto de 2016

HOMBRES DE ANTES

Ahora que recordar el pasado es más grato que vivir el presente y mucho menos deprimente que imaginar el futuro, me ha venido a la memoria uno de aquellos hombres de antes, imposibles de encontrar en el presente y que ya se habrán extinguido en el futuro.
 Llegó para interesarse por un trabajo que mi padre ofrecía para que arrancaran  unos cientos de eucaliptos para sembrar algodón en el terreno que ocupaban.
En aquellos tiempos remotos en los que todavía nadie se había imaginado que alguna vez se solucionaría la falta de trabajo con ayudas estatales al desempleo, el que quisiera ganarse un jornal para pagarse su propio vino y llevar a casa lo que le sobrara para que su familia malcomiese, si no trabajara en lo que saliera, o moría de hambre o pedía limosna.
Aquél hombre aspirante a talaeucaliptos tenía maneras de cíclope, gestos de titán y ademanes de tirano.
“Yo los arranco a manotazos, como si fueran arveja”, respondió cuando se le preguntó si disponía de herramientas para lo que se pretendía que hiciera.
A la insolente pregunta de si tenía cuadrilla para que lo ayudaran fue tajante: “Al que quiera quitarme mi trabajo le pego un manotazo y lo meto bajo tierra”.

Eran tiempos, aclaremos al que se atreva a preguntar cuando fue eso, que lo que acabo de contar tal como lo presencié, sucedió antes de la democracia.