lunes, 1 de agosto de 2016

MENDICANTES





Allá por el siglo XIII ya pasaba lo que pasa en éste siglo XXI: que la gente andaba a palos como anda a palos hoy por desacuerdos en la definición de un concepto: el de pobreza.
Hace ocho siglos las guerras las promovían las órdenes mendicantes, aquellos iluminados que, para eludir el desagradable trabajo, predicaban que solo se salvarían los pobres.
Había, pues,  que definir quién era pobre y quien no lo era: así que llegaron a la conclusión de que solo tenían garantizado el cielo los que, por no poseer nada, sobrevivian gracias a lo que les dieran los que trabajaban.
Con esa frontera de la pobreza tan conveniente para los mendicantes, la salvacion de los que trabajaran dependía de la liberalidad con que saciaran las necesidades de los que no lo hacían porque se lo impedía su interpretación de los Evangelios.
Ocho siglos después andamos en las mismas: los ricos deben compartir sus riquezas con los que tengan menos que ellos y que no las tienen porque los ricos se las arrebataron, incluuso antes de que empezaran a acumularlas.
A los mendicantes de entonces se le podía identificar porque recorrían los caminos solos o en compañía de otros para ayudar a los que trabajaban a salvar sus almas librándolos de sus riquezas, la evidencia de su pecado.
¿Y ahora?
Ahora los mendicantes actuales, exigen vivir de las subvenciones, los subsidios y las ayudas al desempleo que obligan a pagar a los que trabajan, como castigo a su pecado.

domingo, 31 de julio de 2016

ZOMBI



Estas agobiantes noches, en las que el calor espanta al sueño, la mente sonámbula de los hombres podría evolucionar hasta parecerse a la de Guedé, el Barón Samedi, condenado a una vida en semivela que sólo puede imaginar maldades.
Ya los españoles parecen zombies, esos muertos en vida que huyen de la luz de la razón para solazarse en las tinieblas del deseo.
Como los zombies obedecen a los turbios impulsos de su ansia por volver a Guiné, la tierra perdida y añorada de la que los deportaron, los españoles reclaman un gobierno  con la misma impaciencia con que las ranas del charco exigían tener rey.
Lo reclaman porr mimetismo, porque los que piensan por los españoles, que son los tertulianos, los opinadores profesionales y los políticos coinciden en que hace falta un gobierno aunque solo sea para que los gobernados descarguen en el que lo presida las culpas de su propia incapacidad para resolver sus propios problemas.
Cuerpos aletargados sin alma que los anime, veleta que solo se mueve si el viento sopla, paredes mudas que rebotan el ruido que les llegue, sea armónico o discordante.
Ese es el español de ésta España: pasivo, inane, hueco, un zombi sin voluntad propia que camina por donde lo llevan y se detiene cuando se para el motor ajeno que lo impulsa.

sábado, 30 de julio de 2016

LAS VACACIONES



¿Es el hombre-a un álamo o como la hoja de un álamo?
Cuando yo nací a mediados del siglo pasado el álamo y el hombre morían donde nacían y, si acaso, solo se ausentaban para cumplir la mili si era varón, o para casarse e irse a vivir al pueblo de al lado para instalarse en la casa de los padres del forastero al que conoció en la feria, si era mujer.
Hoy es uno de esos días de cada año en los que la gente moderna va de donde nace al sitio donde no nació para, al cabo de unos días, añorar lo que en mala hora decidió dejar.
Sin literatura y entrando de frente y por derecho al turbio toro dialéctico en el que me he metido:
Que media población española se echa a la carretera para irse a donde habitualmente no vive o para volver a donde vive habitualmente.
Los que vuelvan lo harán hartos de mirar como alucinados las olas que se hinchan más o menos lejos de la playa para reventar en en la playa misma y revolcar a los incautos que se hayan dejado atropellar por ellas.
Y, los que van, abandonarán la cómoda rutina de su residencia para tenerse que adaptar al baño, el retrete, el televisor y el agua nunca tan fresquita como la de su propia nevera, siempre lista para saciar la sed.
Eso de buscar en paisajes exteriores la felicidad interior es  un error, una ilusión vana contra la que advirtió nada menos que Francisco de Quevedo :  “ nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar”.

viernes, 29 de julio de 2016

ESPAÑA ES, DEFINITIVAMENTE, DIFERENTE




Y, cuando los daños estructurales acaben desmoronando este tinglado llamado Constitución, ideado por unos peones de albañil con título falso de arquitectos, ¿qué haremos?
Porque los llamados constituyentes del 78 sabían lo que hacían cuando hicieron lo que les salió: tener contentos a los que en cuanto se murió el Caudillo se atrevieron a gritar para darle a la chusma ocasiones de votar para que la chusma se crea que su decisión sirve para algo.
Así que a los vocingleros pre y posfranquistas les dieron todas las facilidades  para que montara cada uno su tinglado y se las rebuscara consiguiendo votos de los incautos que las subvenciones estatañes premiarían: más votos, más pasta.
¿Y si a uno no le apetecía votar? Paga lo mismo que el que vote,  porque lo que se cobra es el derecho a votar, no el ejercicio de ese derecho.
Así que a  los consejos de administracion de los partidops políticos que son sus estructuras jerárquicas, lo que es interesa es que se vote con la mayor frecuerncia posible porque mientras más elcciones y más inautos haya que los voten, más pasta para repartir entre los que manejen el partido.
Y, como de un origen vicioso solo cabe esperar una evolución viciosa, hemos llegado a lo que hemos llegado: que lo que debería haberse resuelto en las elecciones de diciembre tampoco se logró en las de Junio y, probablemente seguirá sin solucionarse en las de otoño-invierno próximos.
Con lo cómodo que habría sido establecer desde el proncipio, si es que eso de la democracia elecoral hubiera sido inevitable, que si ningún partido hubiera logrado mayoría para gobernar en la primera elección se la disputara al que lo siguó en votos…
Pero es que, si así se hubiera hecho, solo dos partidos y no las innumerables pandillas que hay ahora habrían dispuesto de pesebres oficiales para que pacieran y engordaran sus achichincles con la pedrea que son los enchufes de diputados, senadores, concejales y otras canonjías.
El negocio de esas empresas de colocación ha llegado a tal extremo que, para seguir engordando estómagos agradecidos, han logrado lo teóricamente imposible:
Que como el partido político que gane unas elecciones tiene por sí solo menos bocas que alimentar que el rssultado de la suma de las bocas hambrientas de los demás, el que reparta el piernso no debe ser el que gane las elecciones, sino alguno de los que la hubieran perdido.
Y siguen criticando aquél lema que se inventó el predemócrata Fraga de que “España es diferente”…

lunes, 25 de julio de 2016

EL ESTIMULANTE DESCONTENTO




Sentencia el diccionario que “coña” significa “guasa” o “broma simulada”.
Exactamente lo que es éste ruinoso cachondeo que, desde que la escenificaron los tunantes que no tenían ni pajolera de lo que es la democracia, la impusieron a los españoles a los que eso de la democracia les parecía algo exótico y, por su exotismo, cosmopolita y contrario al cutre y cuartelero régimen de Franco.
“Si le franquismo es malo” razonaron, “lo contrario al franquismo tiene que ser bueno”.
Y ¿qué era lo más escandaloso del franquismo? Que al pueblo lo había privado el Dictador  de la suprema aspiración humana, votar.
Si el franqauismo era malo porque la gente no votaba, esta coña a la que llaman democracia debe ser el sursum corda, la pera limonera, la almibarada guinda roja del pastel cremoso.
¿No eran desgraciados entonces los españoles porque no votaban?
¿Por qué se quejan  ahora de que los obliguen a votar con demasiada frecuencia?
¿Tanto influye el régimen por el que los ciudadanos sean esclavizados, que su felicidad depende de la manera que haya conseguido mandar el que mande?
Si ni con dictadura ni con democracia están contentos los españoles, a lo mejor su descontento no se debe al régimern bajo el que sean esclavizados.
Puede, es un suponer, que en la naturaleza del español no sea su alma ni su cuerpo lo que determine su felicidad.
A lo mejor, ¿por qué no? el español es feliz cuando está descontento, cuando su insatisfacción lo empuje a buscar cómo ser feliz no siendo lo que es sino lo que quisiera ser.
¿No dicen los sádicos que disfrutan haciendo daño y los masoquistas dejándose hacer daño?
¿Por qué ese desequilibrio entre lo que ya es y lo que todavía no, obliga a los españoles a rechazar lo que tienen y buscar lo que todavía no han encontrado?

CEMENTERIO PARA MASCOTAS



Ahora resulta que la ingeniosa Manuela Carmena, que alcaldea el municipio de la capital de las Españas, ha tenido otra ocurrencia: acotar un espacio para que lo ocupe un cementerio de mascotas.
En el provenzal del que proviene, esa palabra significa  hechizo, embrujo, encanto,
¿Y quien hechiza, embruja o encanta al hombre hecho por Dios a su imagen o semejanza?
El Demonio, el antidios.
Ya son tan humanos los animales de comapañia que hasta la alcaldesa Carmena les va a facilitar un terreno acotado para que duerman su sueño eterno.
Porque, ¿qué es un cementerio?
Es un lugar en el que, después de su muerte terrenal, los difuntos esperen la hora gloriosa de la resurrección para empezar la eternidad gozosa.
Es fundamental que el reposo del cuerpo en la tierra esté protegido para que el Diablo no pueda profanarlo y robar sus almas.
Por eso, a los cristianos se les enterraba entre los muros sagrados de una iglesia y, cuando se sospechó que ese sistema podría perjudicar la salud de los vivos circundantes, se levantaron cementerios en las afueras de las ciudades y el espacio, siempre acotado por paredes, se consideró lugar sagrado.
¿Para qué?
Hay dos razones: A) para impedir que el demonio penetrara donde reposaban los justos y B) para impedir que el alma de los justos saliera del sagrado y entrara en territorio diabólico.
¿Estará tambien vallado el cementerio que para los animales de compañía apodados mascotas construirá Carmena?
¿Qué diablo puede estar interesado en apoderarse del alma de los animales de compañía, que en vida fueron el alma de sus dueños?
El malo, y puede que de eso sepa mucho Carmena, tiene designios inescrutables porque lo que es evidente es que ni el Demonio ni Carmena dan puntada sin hilo.

sábado, 23 de julio de 2016

GOBIERNO: AHORA O NUNCA

¿Y si su tozuda incapacidad  para formar gobierno fuera un presagio de que los dioses están tan hartos de la insustancialidad de los españoles que incluso podrían dispersarlos por todo el mundo, como ya hizo con los que se atrevieron a levantar la torre de Babel?
“Si juntos no os entendéís”—puede que sea la conclusión a la que los dioses han llegado—“dispersaos por el resto de la tierra”.
Y ¿a donde irán los españoles si Inglaterra no los deja que vayan a fregar los platos sucios de sus restaurantes y tabernas?.
Todavía puede que quede tiempo a los españoles para evitar esa desgracia porque la historia enseña que enfrentados entre ellos, la mitad de los españoles que ganan en sus periódicas guerras civiles, sobreviven a la otra mitad que acaba bajo tierra o en la cárcel.
Eso sí: Si el tiempo es oro, hay que gastarlo con la liberalidad de un derrochón.
Como el Parlamento ya está constituido y no hay gobierno que le dispute la soberanía, mejor ahora que luego, deberían:
a) Acordar, presentar y aprobar una proposición de ley para cambiar la ley electoral.
b) Que esa proposición consensuada dicte que, si no hay ningún partido que en elecciones parlamentarias logre mayoría absoluta de votos y escaños, los candidatos de los dos partidos más votados se disputen el gobierno y su presidencia en un desempate.
c) Que no se subvencione con dinero público la actividad de ningún partido.
d) Que la única contrapartida económica de los partidos proceda ,1) de las cuotas de sus afiliados,b) de una parte del salario oficial de los militantes del partido que hayan sido designados para ejercer esas funciones y c) de la cuota que, junto a la papeleta de voto, se fije para cada votante.

Así, los partidos que no sean rentables, que cierren igual que las zapaterías que no vendan ni una alpargata.